Rafa Nadal, un regreso perfecto en resultados y sensaciones

Dpa

DEPORTES

DANNY MOLOSHOK

La gran victoria del balear en Indian Wells auguran una brillante temporada tras 7 meses lesionado

19 mar 2013 . Actualizado a las 12:04 h.

Rafa Nadal despeja dudas. Tres títulos y una final en cuatro torneos, un balance de 17-1, 14 triunfos seguidos, cuatro victorias ante jugadores del top ten y una indisimulada felicidad. Además de los números, las sensaciones confirman que Nadal ha vuelto al 100 %. El balear se despertó como número cuatro del mundo y los tres primeros -Novak Djokovic, Roger Federer y Andy Murray- ya sienten su aliento, tras dejar atrás ya más de siete meses de lesión en la rodilla izquierda.

«Llegué a pelotas a las que hace tres semanas pensé que nunca llegaría. He pasado por duros momentos en estos meses, pero el regreso es increíble», dijo Rafa Nadal, feliz por el triunfo número 600 en el circuito ATP, por el salto en el ranking, por su título récord número 22 en torneos Masters 1.000, por el millón de dólares de premio en Indian Wells, pero sobre todo porque puede correr como siempre. «Los últimos meses fueron los peores porque trabajé mucho, intenté diferentes tratamientos y cuando uno siente que está haciéndolo todo y los resultados no son satisfactorios, te vas un poco abajo», reveló el español, al que le dolió especialmente perderse en agosto del año pasado los Juegos Olímpicos de Londres.

En los más de siete meses a Rafa Nadal no se le olvidó jugar al tenis. Sólo le faltaban ritmo y seguridad, lo que ha logrado en los cuatro torneos disputados. «Voy a ganar mucha confianza con estos títulos, especialmente con éste, en el que he ganado a tres top 10», dijo Nadal, verdugo en Acapulco de su compatriota David Ferrer y en Indian Wells del suizo Federer, del checo Tomas Berdych y del argentino Juan Martín del Potro. Ahora, Nadal seguirá los consejos de los médicos y se tomará una pausa para descansar, entrenar y seguir con la rehabilitación de la rodilla. «Necesito el descanso», señaló el español. «Nunca pensé que jugaría todos los partidos posibles desde mi regreso», agregó Nadal, que perdió la final de Viña del Mar y ganó en la tierra de São Paulo y Acapulco y en la cancha dura y rápida de Indian Wells, donde encandiló al dueño del torneo, el multimillonario estadounidense Larry Ellison.

Rafa Nadal evitará el torneo de Miami, en cancha dura, para preparar la temporada europea en arcilla, donde volverá a ser el gran favorito a todo. El día 15 de abril jugará en Montecarlo -ocho títulos-, luego en Barcelona -siete- y tras una semana de descanso, Madrid y Roma. En el horizonte, el octavo título de Roland Garros, para el que nadie duda a día de hoy que será el gran favorito. Hiperactivo y dinámico, Nadal aprovechó su lesión para hacer otras cosas, pero sobre todo para pensar y valorar jugar al tenis y vivir momentos como la final del domingo, en la que peleó con un rival a su altura ante 15.000 espectadores que disfrutaron del espectáculo.

«Mi vida está muy unida al deporte en general. Echaba de menos ir a un gran estadio con toda la gente, toda esa atmósfera que te hace sentir algo diferente. Y la sensación de la victoria, de la competición, esa adrenalina, hay cosas mucho más importantes que el tenis, que es sólo un juego», dijo. «Pero esa sensación de la competición, cuando estás ganando un partido, un torneo, esa adrenalina, esa sensación es muy difícil de encontrar fuera de esto», agregó Nadal. De ese modo dejó atrás ya los momentos más difíciles. «La duda de cuándo y dónde serás capaz de volver a un torneo de tenis es dura», confesó tras el partido en Indian Wells.

La duda se disipó. Volvió en Viña del Mar, donde cayó en la final ante el argentino Horacio Zeballos, y se estrenó como campeón en 2013 en São Paulo, donde a pesar de ganar siguió sintiendo ciertas molestias en la rodilla. En Acapulco todo fue mejor y fulminó en la final a Ferrer, otro especialista en arcilla, al que sólo le cedió dos juegos.

La gran prueba para Rafa Nadal llegaba en Indian Wells, pero en la cancha dura no dio muestras de molestias y sólo se le vio algo más oxidado a la hora de cerrar los partidos. «No tengo dudas de que si estoy bien físicamente, puedo ganar en estas superficies», dijo tras ser campeón sobre un suelo en el que había perdido las seis últimas finales y no triunfaba desde Tokio 2010. Después del descanso, llegará la arcilla, donde Nadal es el indiscutible rey una vez dejada atrás, al menos por el momento, la lesión.