Barcelona: diagnóstico incierto

Pablo Gómez Cundíns
Pablo Gómez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Diversidad de opiniones entre los entrenadores consultados por La Voz acerca de las dos últimas derrotas del equipo azulgrana en la Champions y la Copa

28 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El Barcelona no había perdido por dos tantos de diferencia en toda la era Guardiola. Con Tito Vilanova, la dinámica no había cambiado. Hasta hace ocho días. Jugó en San Siro el día 20 y cayó ante el Milan (2-0). Anteayer lo hizo en su propia casa y fue el Real Madrid el que le avergonzó (1-3). Algo está sucediendo en Can Barça. O no. Los entrenadores consultados por La Voz observan matices diferentes y no existe unanimidad en el análisis. Estas son las apreciaciones de Luis César, Javier Irureta, José Ramón González y Miguel Ángel Lotina a las preguntas clave del doble tropiezo culé.

¿En qué ha fallado ante el Real Madrid?

Quizás la pregunta donde las respuestas son más coincidentes. Para Luis César, «hizo un fútbol previsible y al pie, sin roturas de espacios, fácil para el trabajo de los defensas del Madrid». Lotina lo ve claro: «La defensa rival está más adelantada y el Barça pierde ahora el balón en el mediocampo, deja solo a los dos centrales para cerrar y por muy buenos que sean, es insuficiente». Irureta considera que «le faltó tensión competitiva y aceleración en los últimos metros». José Ramón va más allá: «Se precipitaba, perdía muy pronto el balón, cuando lo que tenía que hacer era lo contrario. Quería acabar pronto la jugada, le podía el ansia, forzaba situaciones, dejaba que el rival recuperase en campo propio y le cogiese en regate en carrera. También le sucedió contra el Inter de Mourinho».

¿Se encuentra el Barça ante un estilo ya extinto?

Es unánime la proyección de futuro: el Barça no cambiará de estilo. Pero discrepan en cuanto a la vigencia del actual. «Efectivamente, hay un modo de jugar, pero no es el factor ganador. Por decirlo de otro modo. Nunca ganó el Barça con Iniesta y Messi ausentes o jugando mal. ¿Qué diferencia hay entre el 68% de posesión cuando ganaba y el 68% de anteayer? Si el estilo fuera la clave, lo copiaríamos todos los entrenadores. Pero lo que no podemos copiar es a Xavi, Iniesta...», afirma Luis César. «El modelo sigue siendo válido. Es un equipo de toque, para estar juntos, no para correr. Hay una apuesta y la llevarán a cabo hasta el final, sea cual sea el entrenador. La posesión, siendo el mismo porcentaje es diferente, menos efectiva, ante el Madrid o el Milan que ante un equipo menor», explica José Ramón.

¿El equipo acusa el bajo rendimiento continuado de jugadores clave?

«Por supuesto», dice Luis César. «Messi marcaba el 67% de los goles y el 90% de ellos los fabricaba él solo. Xavi no está en un buen momento», ejemplifica Luis César. Lotina e Irureta no opinan lo mismo. «Aunque no están en su mejor momento, eso no afecta tanto como el modo de defender», dice el primero. «Son fases de la temporada», dice Jabo. José Ramón señala los casos de Messi e Iniesta, como ejemplos del cambio en el Barcelona: «Tito ha querido innovar y puso a Iniesta en la banda. No es lo que mejor funciona. Como tampoco que Messi juegue de espaldas, como delantero centro. Porque ahí es más fácil de defender. Y cuando lo hace de frente, empuja a la defensa rival».

¿Culpa al estado físico?

Lotina, sí. Irureta, no. «La posesión ha sido la misma», argumenta Jabo. José Ramón hila varios factores: «Llama la atención la ausencia de rotaciones. Si los jugadores están cansados, fuerzan las situaciones. La clave es el uso del regate. Ahora es para acabar pronto la jugada. Error».

¿Influye la ausencia prolongada del entrenador Tito Vilanova?

«No a estos niveles. El Madrid y el Barça, sin entrenadores, serían primero y segundo», dice Luis César. Coinciden, de nuevo, Lotina («si, definitivamente») e Irureta («es importante que los jugadores vean quién les rectifica, y con Roura no es lo mismo»). José Ramón dice: «Tito tiene poca influencia en el juego del equipo. Pesa más la personalidad y talento de ciertos jugadores. Solo afectaría si su talento fuese superior y pudiese no solo rectificar, sino enseñarles fútbol».