El Boiro, con su empate a uno de ayer en Barraña ante el Ribadeo, dejó pasar una oportunidad perfecta para recortar puntos al primero, el Bertamiráns, que tampoco pudo pasar del empató contra el O Páramo. La parte positiva de este pinchazo de los boiristas fue que lograron reducir en un punto su diferencia con el Grixoa, que es segundo y perdió ayer ante el Soneira.
El Ribadeo arribó a Barraña con las ideas muy claras: tapar todos los espacios a los locales y no dejarles hacer su fútbol a base de presionar en la parcela ancha. Y lo consiguió, ya que en la primera parte, el meta Viuski no tuvo que hacer ninguna intervención. Tampoco tuvo sustos Javi, que salvó la única llegada aislada del rival con facilidad.
Centrocampismo
El partido se jugó principalmente en el medio campo, gracias en buena parte a la presión realizada por el Ribadeo, que buscó, sin éxito, el contragolpe. Con este escenario, los locales variaron su esquema en diferentes ocasiones para crear ocasiones, que nunca llegaron.
Tras el descanso, los lucenses mantuvieron su planteamiento. En frente, el Boiro lo intentaba con más corazón que cabeza. Así transcurrió el encuentro hasta el minuto 90. Ya en el descuento, Roberto Amoedo realizó un centro que Rubén controló dentro del área y fue derribado. El arbitro pitó la pena máxima. Fue el propio Rubén quien se encargó de ejecutarla, anotando el primer gol para su equipo tras aprovechar el rechace del portero.
El colegiado decidió prolongar el tiempo extra tras las continuas paradas de juego protagonizadas por los de A Mariña. Antes del empate, el portero visitante chocó con Hugo fuera del área, cortando un contragolpe del Boiro. La jugada derivó en una discusión que acabó con la expulsión de Hugo.
El Ribadeo se lanzó a por el empate y Juan Pablo anotó la igualada tras aprovechar un despeje defectuoso del meta Javi. Tras sacar el Boiro del medio campo, el árbitro pitó el final del choque.