La derrota del Arsenal deja a Arsene Wenger en su posición más débil

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EDDIE KEOGH

El equipo londinense encara la eliminación de la Liga de Campeones y su octava temporada sin títulos

20 feb 2013 . Actualizado a las 19:52 h.

El Arsenal sufrió una dura derrota ante el Bayern de Múnich. El 1-3 del martes en el Emirates Stadium, delante de su afición, dejó al equipo londinense prácticamente fuera de la Liga de Campeones. Y, de paso, a su entrenador Arsene Wenger en la mayor posición de debilidad desde que aterrizó en el banquillo del Arsenal, allá por 1996. El equipo gunner se encamina hacia su octavo año consecutivo sin títulos, y la figura del profesor francés en entredicho a pesar de su filosofía de club.

«No escondamos la verdad: será extremadamente difícil remontar un 1-3 ante un equipo de semejante calidad. Tenemos tres semanas para mejorar», dijo Wenger tras la dura derrota contra el Bayern. Pero también dejó claro cuál es su objetivo: «Tenemos dos batallas por delante y quizás la más sencilla sea volver a la Liga de Campeones la temporada que viene». Esto es, acabar la Premier League entre los cuatro primeros, algo que por ahora tampoco tienen en la mano.

La temporada del Arsenal es decepcionante. Es quinto en la Liga, a 21 puntos del líder Manchester United y a 4 del Tottenham, que marca la frontera con los puestos de Champions League. La semana pasada, el conjunto dirigido por Wenger durante 17 años caía eliminado de la Copa inglesa ante un rival de menor catgegoría. La paciencia de los siempre leales fans del Arsenal, orgullosos del estilo de juego que impregnó Arsene Wenger, agradecidos aún por sus 3 títulos de Liga y 4 de Copa, empieza a agotarse.

La marcha de Robin Van Persie al Manchester United el pasado verano fue un duro golpe para el Arsenal. La llegada de Podolski, Arteta y Cazorla no ha bastado para un equipo siempre volcado en los jóvenes jugadores de toda Europa. Lastrado por la lesión de Wilshere desde la temporada pasada y en el arranque de la presente, el Arsenal se quedó sin timonel tras la salida de Cesc. Wenger no ha podido competir con el poderío económico, y con su contrato finalizando en el 2014 las voces que piden su salida aumentan. La confianza en su forma de actuar y dirigir los destinos deportivos del Arsenal, las mismas ideas y criterios que llevaron al equipo gunner a genios como Bergkamp o Henry y consolidaron en su momento a jóvenes estrellas como Cesc o Van Persie, han disminuido.

El segundo entrenador más longevo en los banquillos de Inglaterra tras Alex Ferguson se tambalea mientras al Arsenal, incapaz de competir con el poderío económico de Chelsea o los equipos de Manchester, le traiciona también la dirección deportiva. Demasiado quizás para el profesor francés.