Operación Puerto: Jaksche deja en evidencia a Eufemiano Fuentes y a Manolo Saiz

Agencias

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La declaración de Jaksche, a través de la televisión
La declaración de Jaksche, a través de la televisión Juan Carlos Hidalgo

«Las mismas personas que nos empujan a doparnos son las que luego apuntan el dedo hacia ti para quedar limpios», dijo el exciclista

12 feb 2013 . Actualizado a las 02:59 h.

El juicio por la operación Puerto se calienta con la declaración de los exciclistas. El excorredor alemán del ONCE y del Liberty Jorg Jaksche ha responsabilizado del dopaje en el ciclismo a los gestores de los equipos y ha dicho: «Las mismas personas que nos empujan a doparnos nos señalan luego con el dedo».

«Las mismas personas que nos empujan a doparnos son las que luego apuntan el dedo hacia ti para quedar limpios, para quedar bien frente a todo el mundo. Tienen la gran ventaja de que no pueden ser sometidos a controles y dar positivo», ha señalado Jaksche, cuya declaración dejó muy malparados a Eufemiano Fuentes y a Manolo Saiz, médico y responsable respectivamente de la ONCE cuando el ciclista competía para este equipo.

«Saiz me dijo que tendría un nuevo médico y que él se pondría en contacto conmigo. Más tarde me dijo que este nuevo médico no sería el oficial del equipo», dijo en referencia a Eufemiano Fuentes. «Nunca me ofreció un tratamiento de salud, sino un tratamiento de dopaje», aclaró Jaksche.

Cuando el abogado que ejerce la acusación en nombre del Comité Olímpico Italiano (CONI), que le interrogaba en ese momento, le ha preguntado si se refería a los directores deportivos de los equipos, el testigo ha respondido que no, que hablaba de «los gestores del equipo, los administradores, aquellos que manejan el equipo».

Jaksche, Eufemiano, EPO y polvo blanco

Jaksche relató que después de que Manolo Saiz le indicase a Eufemiano Fuentes, quedó entonces con el médico en Gran Canaria para iniciar el tratamiento a principio del 2005. «Por teléfono no habló de dopaje, pero cuando me encontré con él en el coche me dijo bastante rápidamente de qué se trataba», explicó.

«Me dijo que me podía conseguir todo tipo de sustancias para mejora el rendimeinto: EPO, anabolizantes, IGF-1, transfusiones de sangre. Todo lo que por entonces estaba en el mercado», prosiguió.

«Habló también de anabolizantes específicos que hacían en Rusia. Mi sensación es que se sentía orgulloso», dijo Jaksche. El ciclista contó que FEufemiano Fuentes le dio entonces EPO y un polvo blanco que, puesto en los dedos y mezclado con la orina, borraba las huellas de sustancias prohibidas en los controles antidopaje.

Jaksche, que en su día aseguró a la Policía alemana que el ciclismo «no es un deporte de mafiosos, sino un día sin escrúpulos», ha añadido que una de las razones por las que está declarando en el juicio es precisamente porque los verdaderos responsables de las prácticas de dopaje nunca pagan por ello. «Al final, los que pagan son los deportistas, pero por todo lo que hay alrededor, por ejemplo los riesgos para la salud que se corren, nadie paga en términos de responsabilidad», ha señalado.

El testigo también ha aludido a esta cuestión en respuesta a una pregunta de la letrada de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) sobre si, después de estallar la operación Puerto, en mayo del 2006, a los corredores del Liberty se les entregó algún documento para que lo firmaran. «Nos dieron un papel para los patrocinadores en el que teníamos que firmar que no habíamos tomado ningún medicamento, que no teníamos nada que ver con Eufemiano Fuentes ni con la operación Puerto. Me pareció ridículo, porque eran los mismos que nos dieron la posibilidad de ir al doctor Fuentes y doparnos», ha dicho.

Se dopaba antes de Eufemiano

Jorg Jaksche admitió que llevaba ocho años dopándose cuando comenzó a tratarse con el médico Eufemiano Fuentes y que, aunque nadie le obligó a ello, esas prácticas eran «parte del ciclismo». «Tener un hematocrito alto -nivel de viscosidad en la sangre, que aumenta el rendimiento físico- y también doparse era parte del ciclismo. Si me preguntan si me obligaron a hacerlo, no me obligó nadie, pero eran las expectativas que había, por eso cobraba, por eso llegué a Fuentes a través de Manolo Saiz», ha dicho Jaksche.

Durante su declaración como testigo en la octava sesión del juicio de la operación Puerto, el excorredor ha admitido que comenzó a doparse en su primer año de profesional (1997), cuando corrió en el equipo Polti y su director, Gianluigi Stanga, le administró EPO. Jaksche continuó dopándose en el Telekom (1999-2000), en el ONCE (2001-2003, ya bajo la dirección de Saiz) y en el CSC (2004) antes de fichar en el 2005 por el Liberty y volver a ponerse a las órdenes del director cántabro, acusado junto a Fuentes en el juicio de la operación Puerto.

«¿Por qué quiso volver con Saiz?», le ha preguntado el abogado de éste, a lo que el testigo ha contestado diciendo que había problemas económicos en el CSC y que, «prescindiendo del tema del dopaje, (Saiz) me gustaba como persona». Las defensas han preguntado varias veces a Jaksche si sufrió algún problema de salud a consecuencia de las extracciones y reinfusiones de sangre practicadas por Fuentes -antes había dicho que en una ocasión se mareó y sintió «como una arritmia»- y si consultó con algún médico.

«Tenía miedo, si iba a algún médico, de tener que reconocer lo que había hecho y poder perder mi trabajo o que me prohibieran correr», ha señalado el alemán, que ha añadido que, pese a que su padre es médico, tampoco consultó nunca con él. El nuevo abogado de Eufemiano Fuentes, Tomás Valdivielso -el médico ha cambiado de letrado por «discrepancias» sobre su línea de defensa con el anterior, Julián Pérez Templado- ha dedicado parte de su interrogatorio a las condiciones higiénicas en las que se realizaban las transfusiones.

Así, le ha preguntado si los hoteles en los que se hacían las extracciones «estaban sucios» o si Fuentes era «cuidadoso con la higiene», a lo que Jaksche ha respondido que las habitaciones estaban limpias -«El mayor caos estaba en su casa (de Fuentes)», ha asegurado- y que el médico «desinfectaba fuertemente el brazo», aunque no sabe si lo hacía «correctamente».

«A esto le daba mucha importancia, pero al entorno menos, era secundario», ha señalado el testigo, que en otro momento ha explicado que Fuentes descongelaba las bolsas de sangre al baño maría y que comprobaba la temperatura «con el dedo». En el turno de las defensas, Jaksche también ha dicho que, en una ocasión, el médico le prescribió una hormona femenina -gonadotropina- y que expidió la receta «a nombre de una mujer, una conocida suya».