Un vigués en el fútbol saudí

Xosé Ramón Castro
x. r. castro VIGO / LA VOZ

DEPORTES

XOAN CARLOS GIL

Daniel Fernández comenzó su aventura como técnico y ojeador en el Al-Alhi

31 ene 2013 . Actualizado a las 06:00 h.

Daniel Fernández (Vigo, 1984) comenzó su aventura en el fútbol saudí. Atrás queda un lustro en el Celta, su paso por el Bouzas y sus inicios en el Cristo de la Victoria. En sus tiempos de Erasmus se ganó un crédito como técnico de las categorías inferiores del Sporting de Lisboa, y Pedro Rebocho se acordó de él desde Arabia Saudí para integrarlo como técnico y ojeador del Al-Ahli de Jeddah, uno de los grandes del fútbol asiático.

«Cuando estuve de Erasmus en Portugal me hice un hueco en el Sporting y acabé entrenando al equipo sub 13. Tuve una buena relación con ellos, especialmente con Rebocho, que ha sido la persona que me ha llamado», comentó. Pedro Rebocho estuvo con Domingos Paciencia en el Sporting de Braga y desde hace un año ha iniciado la aventura saudí. El Sporting de Lisboa es, además, el conjunto que está gestionando a un club que el curso pasado fue finalista de la Champions de Asia.

Licenciado en educación física, su primer cometido será de auxiliar de los principales equipos de la entidad: el sénior, sub 23, sub 21 y sub 19. También ejercerá las labores de ojeador. «Durante la semana hago trabajo de campo y el fin de semana me corresponde el seguimiento de los rivales, tanto de la Liga de Arabia como de los rivales de la Champions asiática». De inicio se marchó con un contrato de tres años.

El vigués se marchó con la maleta cargada de ilusión. «Estoy con ganas e ilusionado. Es una buena oportunidad de entrar en un fútbol potencialmente con mucho margen de crecimiento». También sin ningún temor pese a que dos de sus predecesores fueron retenidos por problemas de visado.

Todos los contactos para que fructificase su contratación se dieron a través de la vía portuguesa. Son ellos, los que habían sido sus compañeros en el Sporting, quienes conforman el staff técnico de uno de los dos mejores clubes de aquel país. «Tenía confianza con la mayoría de ellos, hicimos una buena relación y ahora me brindan esta oportunidad». En el fondo es una apuesta más por implantar el modelo del fútbol español en otras latitudes.

El Celta, con quien llevaba cinco años trabajando (comenzó en el alevín y ahora llevaba en infantil A además de coordinar las escuelas de la Fundación), no le puso ninguna clase de inconveniente para marcharse. «No hubo ningún problema, se portaron bien. Entendieron que esto era una oportunidad para mí. Me dio pena dejarlo por los niños, porque con alguno llevaba cuatro años». Pero está ante la oportunidad de su vida.

«Es una buena oportunidad para entrar en un fútbol con mucho margen de crecimiento»