Las autoridades rusas le prohibieron la entrada y lo deportaron a España
24 ene 2013 . Actualizado a las 14:16 h.Jordi Aragonés ya está de vuelta en Cracovia. Al menos si no se le tuerce un enlace «complicado» que tenía que coger en Varsovia en la tarde de ayer. Sería la guinda para un viaje que el vilagarciano no olvidará. Al preparador físico del Wisla Cracovia las autoridades rusas lo deportaron a España por problemas con su pasaporte.
-¿Qué fue lo que pasó?
-Cuando el club comenzó a preparar el desplazamiento a Moscú nos pidió los pasaportes para gestionar los visados en la embajada rusa. Después, ya en el autobús camino del aeropuerto, el general manager nos los devolvió pero el mío venía estropeado. Tenía separadas las páginas de las tapas. Cuando lo vi ya le comenté a Peter (el general manager) que podía tener problemas porque sé cómo se las gastan en Rusia, pero ellos dijeron que a ver si colaba así.
-Y tomaron el avión en Cracovia y llegaron al aeropuerto de Moscú...
-Sí. Y fui el primero en colocarme en la fila del control del pasaportes. Cuando vieron el documento ya me pararon y me apartaron a un lado. Estuvieron dándole cincuenta mil vueltas hasta que al final me dijeron que no podía pasar.
-¿Qué pensaba mientras esperaba? ¿Creía que finalmente le dejarían entrar?
-Al principio sí que pensaba que podría pasar porque me pidieron el DNI para comprobar la identidad, pero después, cuando ya estábamos apurados por la hora, todos nos empezamos a poner nerviosos y vi que la cosa estaba chunga. Me llevaron a una sala y era una sensación extraña porque no sabía si me tendría incluso que quedar a dormir en el aeropuerto. Me sentía como un delincuente sin serlo, claro.
-¿Cómo se portaron con usted los funcionarios rusos?
-Fueron algo bordes y desagradables pero sin malos modos.
-¿Qué le dijeron?
-Al final me ofrecieron dos posibilidades. Volar o bien a Cracovia o bien a España. Podía escoger a Madrid, Málaga o Barcelona.
-¿Tuvo que pagarse el billete?
-Creía que sí. De hecho les iba a decir que no tenía dinero. Pero no fue así. Elegí volar a Madrid porque era el avión que despegaba antes y además tengo familia allí. Para ir a Cracovia debía esperar un día. Una persona que me acompañó en todo momento -y que fue bastante más simpático que el resto- me dio el billete. Lo que sí tendré que pagar es el vuelo a Cracovia.
-¿Y qué caras tenían las jugadoras mientras pasaba todo esto?
-Las jugadoras estaban flipando. Lo veían todo porque solo nos separaba una cinta de donde estaba yo al final y donde ellas estaban recogiendo las maletas. De hecho mi maleta se quedó allí. Cuando se fueron las saludé desde la distancia. Para el equipo es una faena porque a pesar de que José Ignacio (el entrenador) ha mejorado mucho con el inglés, para dirigir el partido será complicado (perdieron 89-63).