Esfuerzo solidario y más orden que juego

José M. Fernández

DEPORTES

14 ene 2013 . Actualizado a las 12:50 h.

El Dépor ha mudado su cara. Ha transformado un carácter antaño apocado y frágil en la pelea por un tono agresivo y solidario, de equipo que ahora cree que antes del juego está la actitud y el orden. Primero, ser competitivos; después, el fútbol. Si José Luis Oltra sufrió el ascenso, a Domingos Paciência le toca contagiar de sudor a los suyos para seguir en Primera. Al técnico portugués le bastó una semana para emitir un diagnóstico: blindar la portería propia, agruparse en el medio campo y recuperar la agresividad. Mostró esa receta en el debut, frente a un Málaga al que acabó por anular, y repitió ayer, a domicilio, en un ejercicio de pragmatismo, quizá comprensible por la delicada situación en que se encuentra el Deportivo, pero difícil de digerir en otras circunstancias.

En Anoeta, el cuadro coruñés, incluso sin el balón, marcó el ritmo durante toda la primera parte. Apenas concedió ocasiones a su rival, fue capaz de adelantarse, no perdió la compostura ni jugando con un hombre menos y derramó litros de sudor sobre el césped de Anoeta. Suficiente para sumar un punto -cuatro en dos partidos, un buen botín para un equipo que terminó colista el año-, pero escaso todavía para salir de los puestos de descenso.

La mejor noticia es que el Dépor ha encajado un solo gol en 180 minutos. Sabe agruparse y trabaja de forma tan solidaria que incluso es capaz de disimular a Evaldo, un desastre táctico al que cuesta imaginar una dilatada carrera en el fútbol portugués; su expulsión no lo expondrá en Pamplona. La peor, que todavía no ha encontrado la forma de abrir la puerta al juego, de encajar a futbolistas del corte de Juan Domínguez o Valerón. Por ahora, el Dépor regala orden y un esfuerzo generoso; tiempo habrá para el juego y el talento, si es que llegan.