Odriozola, reelegido presidente de la Federación de Atletismo para un séptimo mandato

EFE

DEPORTES

«Esto me da ánimos para trabajar todavía más», dice el veterano dirigente

17 dic 2012 . Actualizado a las 13:19 h.

José María Odriozola ha sido reelegido para un séptimo mandato como presidente de la Federación Española de Atletismo con 96 votos frente a los 44 del otro candidato, Vicente Añó, que fue durante veinte años su vicepresidente.

«Esto me da ánimos para trabajar todavía más por el atletismo español. Confío en tener vuestra colaboración, sin la cual no será posible sacar adelante los planes que tenemos en marcha», fueron las primeras palabras de Odriozola a la asamblea que le apoyó.

Con 143 miembros de la asamblea presentes de los 147 posibles, y dado que sólo había dos candidatos, según el reglamento electoral bastaba con obtener mayoría simple en primera instancia.

El desarrollo del recuento no dejó ningún lugar a la emoción.

Odrizola sumó el primer voto y a partir de un 2-1 su ventaja fue aumentando (16-6, 50-17, 60-22). Cuando alcanzó los 72 votos que le aseguraban la reelección, Añó estaba en 26. Hubo tres votos en blanco.

Odriozola, de 73 años, catedrático de bioquímica en excedencia, casado y con dos hijos, llegó a la presidencia de la Federación Española en 1989 al vencer en las elecciones al candidato oficial, Guillermo Ros, que había sido propuesto por el entonces presidente, Juan Manuel de Hoz.

Añó, decano de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Valencia, aspiraba a recoger el descontento suscitado por los malos resultados del equipo español en los Juegos Olímpicos de Londres, donde, como en Pekín 2008, no obtuvo una sola medalla.

Un cuarto puesto de Ruth Beitia en altura fue el mayor éxito.

En su discurso ante la asamblea, Añó se ofreció para «generar ilusión a fin de salir de la crisis».

«Hemos de empapar de atletismo las pistas y los medios de comunicación. Todos estamos de acuerdo en la necesidad de un cambio.

El atletismo español ha retrocedido dos décadas en resultados deportivos, los atletas tienen que hacer malabarismos para sobrevivir, por eso hace falta un cambio de verdad, no uno tutelado», explicó.

Añó propugnó la limitación a tres mandatos del cargo de presidente y el cambio de un modelo presidencialista a otro en red con los diversos estamentos más involucrados en la gestión federativa.

«La Federación debe ser activa en la lucha contra el dopaje y hacer realidad la tolerancia cero», subrayó Añó, que anunció total autonomía para el futuro director técnico y recordó que la Federación dispondrá en 2013 de una aportación de instituciones públicas un 60 por ciento inferior a la de 2009, por lo que habrá que recabar más medios procedentes de patrocinadores. Insistió, además, en que renunciaría al sueldo de presidente.

Odriozola, a quien correspondió, por sorteo, el segundo turno, utilizó palabras como liderazgo, transparencia, confianza y compromiso con todos los estamentos (atletas, entrenadores, clubes, jueces, territoriales) para definir su política.

«Hay que buscar siempre la excelencia, en lo deportivo y en lo organizativo. Somos el país del mundo que más eventos ha organizado en los últimos veinte años», afirmó.

Un presidente ejecutivo

Odriozola se mostró partidario de un presidente ejecutivo, «un trabajador más de la Federación, con responsabilidad plena y con un horario como el resto de los trabajadores de la casa».

«Siempre hemos tenido una gran y transparencia en todas nuestras decisiones, y especialmente en la lucha contra el dopaje. Llevo treinta años en esta batalla y nadie ha podido acusarme jamás de ocultar nada ni de tomar decisiones ajenas al reglamento.

Naturalmente, hay que mantener la confidencialidad hasta que termine el proceso», explicó.

Recordó la autonomía que tendría el director técnico (Ramón Cid), una figura «absolutamente independiente de la presidencia».

En el aspecto económico, resaltó la «buena situación de la Federación Económica» y se mostró contrario a «prometer goyerías que no se pueden realizar».

El tercero más antiguo

Odriozola es el tercero más antiguo entre los presidentes de federaciones españolas, por detrás de Carlos Gracia, que dirige desde hace 28 años la de automovilismo, y de Ángel Villar, al frente de la de Fútbol desde hace 24.

Es el vigésimo presidente del atletismo español, cuyo primer titular fue Gabriel María de Laffite en 1920 y el que más tiempo lleva en el cargo.

La malos resultados del atletismo español en las grandes competiciones de los últimos años -Juegos Olímpicos y Mundiales- levantaron un movimiento de oposición a Odriozola que al final se sustanció en la candidatura de Vicente Añó, miembro de su vieja guardia hasta 2008 y uno de los que le impulsaron a presentarse a las elecciones en 1989 frente al candidato oficial, Guillermo Ros.

Fermín Cacho, que en principio se presentó también como aspirante a la presidencia en tándem con Martín Fiz, decidió, finalmente, integrarse en la candidatura de Añó en un proyecto del que se descolgó el exatleta alavés alegando un exceso de trabajo en sus actuales cometidos.

El 7 de diciembre pasado Odriozola presentó 121 avales y Añó cincuenta ante la Junta Electoral, de forma que ambos cumplieron el requisito de conseguir el apoyo de al menos el 15 por ciento de los 147 asambleístas.

Vicente Añó, presidente de la Federación Valenciana entre 1986 y 1998 y ahora abanderado del «cambio real» frente a la sucesión controlada «desde dentro» que propugnaba Odriozola, aseguró que había tenido que luchar con el hándicap del «voto del miedo», pero confiaba en «convencer a la gente de que se puede ganar».