El gol es la pesadilla del Burela en la élite

Ignacio Meitín Buján
I. MEITÍN BUJÁN BURELA / LA VOZ

DEPORTES

XAIME RAMALLAL

El Gáldar castigó el desatino de los naranjas en los últimos compases del partido disputado en el Vista Alegre

09 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Sin goles no hay victorias. El Burela-Pescados Rubén tiene serias dificultades para batir la portería contraria y por eso su primera victoria en la élite tarda en llegar. Había depositado casi todas sus esperanzas en el duelo de ayer, pero tampoco ante el Gáldar, otro recién ascendido condenado a vivir colgado de los pulgares toda la liga, consiguió su propósito. El empate final fue un castigo a la ineficacia de los naranjas ante la portería rival, que se encoge en cada ataque de los pupilos de Julio Delgado.

El Burela fue superior al Gáldar en la primera parte. Se mostró solvente en la defensa estática, estuvo rápido en el repliegue y en sus ataques exhibió más verticalidad que los canarios, sin dinamismo en la elaboración. Poco después de cumplirse el primer minuto ya pudieron marcar los anfitriones. Hugo remató al larguero y del rechace casi saca provecho Mimi. Fue el primer aviso a un Gáldar que en 20 minutos solo pudo efectuar dos disparos sobre el marco de Iago Barro, atento en ambos.

El segundo ejemplo de que el gol es la pesadilla del Burela se produjo en el ecuador del primer tiempo, cuando Enrique e Iago Míguez volvieron a disparar con balas de fogueo en un claro ataque en superioridad. El murciano disparó, Dani Cabezón evitó el gol e Iago Míguez lanzó al poste en semifallo en la continuación de la jugada. El canterano burelista no falló en su siguiente intervención. A placer remachó una diagonal perfecta de Dani Martín, el mejor del Burela en el primer tiempo, y subió el 1-0. La muralla canaria caía en los minutos de mayor inspiración de los naranjas, que perdonaron más goles antes del segundo, anotado por Dani Martín luego de un doble intento de Mimi.

La segunda parte transcurrió por otros derroteros. El Gáldar se inclinó por montar sus ataques con portero-jugador desde el arranque, pero desistió tras siete minutos en los que no incordió a Iago Barro y pudo encajar el tercero en un fallo clamoroso de Iago Míguez, que disparó a puerta vacía sin la potencia suficiente y Minhoca llegó para despejar. Con Dani Cabezón bajo palos y cuando el partido languidecía, el conjunto canario esfumó las ilusiones locales. Aitor marcó dos goles casi idénticos. Recibió de espaldas, no hubo ayudas para su defensor y maniobró con clase para encontrar ventaja ante Iago Barro.

Tras el 2-2 fue el Burela quien arriesgó con portero-jugador. En su primer ataque erró en la circulación y casi le cuesta el 2-3, y ya al final fue Christian quien perdonó el tercero del Burela.