Messi agota los adjetivos y eleva a un Barça terrenal

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DEPORTES

ALBERT GEA

El argentino acapara más protagonismo en un Barcelona más efectivo que brillante

18 nov 2012 . Actualizado a las 21:47 h.

Alien, extraterrestre... Los adjetivos que la Liga busca para poder calificar a Lionel Messi escapan a lo conocido. Y mientras, el argentino acapara cada vez mayor protagonismo en un Barcelona mucho más efectivo en las estadísticas que deslumbrante en su juego. «Messi decidió el partido. Es muy elegante, con o sin la pelota, pero cuando la tiene, es como un alien», aseguró Manolo Jiménez, entrenador del Zaragoza, poco después de que Messi castigara el sábado a su equipo con dos goles y una asistencia en la victoria azulgrana por 3-1.

Sería injusto afirmar que el Barcelona se encuentra en un estado de Messidependencia, pero sí hay que destacar que el argentino tuvo que ponerse el traje de salvador de su equipo en demasiadas ocasiones esta temporada. Messi no se cansa de batir récords goleadores y siempre encuentra nuevas cifras para derribar como desafíos personales.

Ahora, en el horizonte de la Pulga se encuentra marcar ocho goles en los nueve u once (según la clasificación de su equipo a la próxima ronda de la Copa del Rey) partidos restantes del 2012 para superar los 85 tantos anotados por el alemán Gerd Müller en 1972. Mientras tanto, el argentino se convirtió el sábado en el primer jugador en convertir 17 goles en 12 jornadas de Liga en los últimos 64 años. La última vez que había sucedido eso fue cuando César consiguió la misma marca en 1948.

«Desde que llegué aquí, el fútbol parece que consta de estadísticas, récords y comparaciones», se quejó el entrenador azulgrana, Tito Vilanova, después de la victoria contra el Zaragoza. Lo paradójico es que las marcas de Messi, el récord alcanzado del Barcelona del mejor arranque liguero de la historia y las comparaciones con las cifras del Real Madrid sirvieron para tapar algunas falencias que el Barcelona todavía no pudo resolver.

El equipo de Vilanova aún no encontró la contundencia del dirigido en su momento por Josep Guardiola: en Liga, el Barcelona pudo ganar por más de dos goles de diferencia sólo en tres de los 12 encuentros. Y debido al torbellino de lesiones de defensores, el Barça nunca pudo mostrarse firme en la última línea: finalizó con la valla invicta apenas en tres encuentros.

Como si fuera poco, ya se convirtió en algo cotidiano la aparición de Messi para devolver la calma a su equipo, después de que el Barcelona se desconcentrara y tirara por la borda ventajas abultadas, tal como sucedió en los partidos contra el Deportivo de La Coruña (5-4) y contra el Mallorca (4-2). El argentino, que el sábado superó a Alfredo Di Stéfano y se convirtió en el segundo máximo cosechador de dobletes en Liga (55), no tardó ni un segundo en poder adaptarse a las nuevas modalidades ofensivas de su equipo.

Ante el bajo nivel de Daniel Alves por la derecha, el argentino encontró rápidamente a su nuevo socio en el zurdo Jordi Alba, con el que ya conectó en varios goles de la temporada y junto al que el sábado abrió la cuenta goleadora contra el Zaragoza. «Respeto a quienes creen que Cristiano Ronaldo merece el Balón de Oro, pero yo convivo con Leo, que es un extraterrestre. Cristiano es el más bueno de los humanos. Fui compañero suyo en Manchester y es muy bueno, trabajador, pero al lado de Leo no tiene nada que hacer», sentenció hace unos días el defensa azulgrana Gerard Piqué.

Messi, reciente padre y líder indiscutido del actual Barcelona, consiguió la madurez suficiente como para hacer el camino más fácil a Vilanova: asegurar triunfos y buenos resultados mientras los azulgranas tratan todavía de definir su identidad post Guardiola.