«El fútbol modesto engancha»

Pablo Gómez Cundíns
Pablo Gómez A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

Unas veinte mil personas dedican sus vidas a la versión más pura del balompié, la que huye de los focos y potencia los valores

26 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Si a cualquiera le asalta la duda acerca del espíritu del fútbol modesto, Juan Vázquez, vicepresidente de la Asociación de Fútbol Aficionado Coruñés (AFAC) y alma máter del Victoria se la despeja de inmediato.

-Déjeme adivinar: trabajo en la sombra.

-Entre otras cosas. Pero, sobre todo, valores. Colaboramos con una escuela-orfanato en Haití, recaudando lo que podemos. También con la Federación Gallega de Enfermedades Raras y Crónicas.

-Solidaridad al extremo; no es que muevan ustedes cifras astronómicas de dinero...

-Vemos el fútbol como una manera de socializar. Debe servir para unir. Lo tenemos claro. Estamos sufriendo una época que más que de crisis es de depresión. Seguimos trabajando por el fútbol. Estamos muy agradecidos al Ayuntamiento de A Coruña por su ayuda.

-¿Padecen en silencio?

-Es lo que hay. De momento, lo peor es la carencia de instalaciones. Esperemos que se alivie con los campos de la Federación Gallega de Fútbol y el de La Torre.

-¿Poco sitio para tanto futbolista?

-Cada año crecemos más. Casi alcanzamos los 250 equipos. Los clubes nos hemos dado cuenta de que la AFAC es muy necesaria. Le ha dado un estatus a A Coruña.

-Insisto. Todo con cuatro duros.

-Bien, es cierto que no movemos millonadas. Pero el espíritu de este fútbol, del fútbol que no paga, es el que triunfa.

-¿Dónde triunfa?

-Pues en el corazón y en las vidas de todos nosotros. Porque nos reunimos en junta todos los lunes. A veces no tenemos nada que arreglar, pero hemos pasado un rato juntos.

-¿Es más fútbol el suyo que el que se ve en la televisión?

-Es más esencia de fútbol. Se aprecian valores que es más complicado que destaquen en el fútbol profesional de élite.

-Están ustedes enganchados.

-Pues claro. Este fútbol engancha. Porque una vez que te metes, involucras a los amigos y al final nos quedamos todos. Ya más que un club y una junta directiva somos una familia. Y cuando ves que los jugadores que has ayudado a criar y formar, vuelven ya siendo mayores para colaborar contigo... es emocionante.