Gol olímpico para cerrar un ciclo

Pablo Gómez Cundíns
pablo gómez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

El albanés y exfabrilista Geri Malaj renace en el Bergantiños tras jugar en Chipre

12 sep 2012 . Actualizado a las 11:47 h.

El Fabril de la era Devesa sufrió su primer tropiezo con un gol olímpico que llegó desde Albania. Su autor, Geri Malaj Kola (Kuçovë, 1989), envió el esférico desde la equina del campo al centro del corazón del aficionado que lo sigue desde niño.

El mediocentro, exfabrilista, suturó con tres puntos un episodio vital que arranca cuando todavía vistiendo de blanquiazul una grave lesión de rodilla (con recaída) le presentó el mayor reto de su carrera. Un año parado y vuelta a empezar. «Ni en aquellos momentos surgieron las dudas. Esto es lo mío. Mi objetivo es llegar a la Primera División. Y debo ir paso a paso, categoría a categoría. El objetivo no ha cambiado», sentencia.

Geri Malaj aterrizó en A Coruña a los tres años de edad, de la mano de sus padres Gezim y Luli. Ellos y su hermana Erika forman el más ferviente club de fans de este mediocentro de exquisito trato con el balón que nació para el fútbol en la cuna de un Ural que mecían José Sambade, Miguel Gamallo y Ramiro Amarelle.

Con esos inicios, tras un lustro alcanzó la cantera del Deportivo. Contaba doce años y su progresión fue exponencial. A su lado en las alineaciones, nombres como los de Juan Domínguez, Rochela, Añón y Hugo García, entre otros.

La trayectoria de uno de los talentos más destacados que han pasado por las categorías inferiores del Deportivo llamó la atención de los técnicos de la federación de su país de nacimiento. De hecho, en el año 2007 disputó un encuentro amistoso con la selección albanesa sub-21 frente a Turquía, a pesar de que apenas tenía 17 años. La absoluta le espera, pero Geri mantiene una cuerda ilusión. «Más gallego que yo no lo hay», espeta el centrocampista, antes de matizar: «Me encantaría llegar a internacional. Tengo la doble nacionalidad. Con España está un poco caro, pero claro que también me gustaría serlo con Albania».

Por el momento, tiene una temporada para volver a consolidar su carrera deportiva en un Bergantiños que destaca por su juventud. Tras su paso por el Deportivo, acumula la experiencia de haber jugado un año en la Primera División chipriota con el Doxa. El su regreso a Galicia («esta tierra se echa de menos», dice), Dorneda fue estación de paso camino de Carballo.

Y el domingo ya hizo de las suyas. Especialista en el balón parado, Geri relata: «Marc ya me había sacado dos buenas manos a acciones mías. Pero lo conozco y sé que va bien por arriba, así que en el córner pensé en enviarla fuerte al segundo palo. Ya había jugadores del Fabril esperando al contragolpe. Pero fue gol».

«Fue muy especial, por el rival, por los amigos que me quedan allí, como Vela, Marcos, Juan Carlos... y porque pocos equipos van a sacar puntos de Abegondo. Pero puedes intentar diez y no meter ninguno. Es una anécdota», añade.

Telerrealidad y música

Anécdota es la palabra que Geri utiliza asimismo para describir su paso por el programa televisivo Cracks: «Una experiencia de la leche, lo pasé bien, pero era más márketing que otra cosa; nivel futbolístico, poco».

Más en serio se toma otra de sus vertientes creativas, aunque ya aparcada: la música. Su padre forma parte de la Banda Municipal de A Coruña (toca el fagot) y su hermana cursó piano en el conservatorio. También el mediocentro del Bergantiños recuerda su paso por el centro profesional de música coruñés: «Estuve tres años, en los que me di cuenta de que la música requiere tanto tiempo como el fútbol. Y a mí me tira mucho el fútbol».