Cal medita su futuro olímpico

Paulo Alonso Lois
Paulo Alonso Lois REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

XOAN CARLOS GIL

El canoísta, con 33 años en la cita de Brasil, tratará el tema con su técnico

14 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Mientras pesca truchas en el río Xunco, su principal pasatiempo en las tardes de concentración espartana en Cervo, en A Mariña lucense, Suso Morlán, el entrenador de siempre de David Cal, expresa en alto sus dudas sobre el futuro después de Londres 2012. No hay nada seguro sobre la participación del canoísta de Hío en los Juegos de Río 2016, ni su pelea por otra medalla ni su renuncia para descansar. La quinta presea premia unos días después en el lago Dorney su trabajo metódico de los cuatro últimos años, y convierte al piragüista gallego en el mejor olímpico español de todos los tiempos. Sin embargo, ni la emoción de la gesta ni la tormenta de reconocimientos públicos altera el consensuado planteamiento inicial. Deportista y entrenador, atleta y valedor, explican en un discurso idéntico al de Cervo que tienen una larga conversación pendiente. Añaden que probablemente no la mantengan hasta enero, y de ahí saldrá su futuro. A la cita de Brasil llegaría con 33 años, en plena madurez como canoísta. Pero lleva toda su vida entregado al deporte, por lo que la decisión trasciende el terreno meramente competitivo.

La edad supone uno de los condicionantes de la carrera de todo deportista, pero la motivación funciona como la gasolina que mueve a los mejores. David Cal fue precoz para todo, para ganar un oro y una plata con 21 años en Atenas 2004, para consolidar una trayectoria infalible en Pekín 2008 con dos nuevos subcampeonatos y para lograr el quinto metal de cinco intentos en Londres 2012. Pero la consecución del reto le dejó exhausto y «vacío», como confesó a La Voz el mismo día que ganó la plata en C-1 1.000 metros. «Después de esto ya no hay mucho más que buscar. Eso me pasó con la primera medalla olímpica. Al lograr un oro, ya no hay nada más por encima. Estoy contento y al mismo tiempo vacío», razonó.

Necesita un reto. Podría ser la sexta medalla olímpica en cuatro participaciones. Pero no hay nada decidido. Con solo 27 años y 22 medallas olímpicas, Michael Phelps no quiere saber nada más de la natación, por ejemplo.

Sacrificado, de escasa difusión mediática salvo en los Juegos Olímpicos y con muy modestos patrocinadores, el piragüismo exige una dedicación espartana para competir con los mejores. No siempre compensan los sacrificios, tampoco a nivel personal. Unas largas vacaciones y un viaje precederán a la reunión pendiente entre Cal y Morlán, que mantienen una inusual relación de lealtad en el deporte español, pues llevan casi toda su vida juntos.