Mireia Belmonte: «Nunca hay que ponerse límites»

Efe

DEPORTES

La nadadora se fija como meta ganar un oro en los munidales que se disputarán el año próximo en Barcelona

04 ago 2012 . Actualizado a las 00:43 h.

Mireia Belmonte, que ha conseguido la medalla de plata en los 800 libre, su segunda en estos Juegos, ha asegurado que «nunca hay que ponerse límites» y ha admitido que no es consciente de lo que ha conseguido en Londres 2012.

«Esperemos que esto sólo sea el principio y que el año que viene en Barcelona, en mi casa -donde se disputará el Mundial-, pueda hacer un buen papel», ha dicho la badalonesa. Belmonte no cree que haya que ponerse nunca límites y que el secreto se basa en «disfrutar de lo que haces», en «trabajar duro y lo demás vendrá».

Su próximo reto es el oro, pero inmediatamente sólo quiere disfrutar de las vacaciones recién iniciadas. «Tengo que disfrutar bien disfrutadas estas dos medallas», ha comentado. Espera Belmonte que estas dos medallas tengan continuidad y que la delegación española «se puedan seguir mis pasos» y conseguir más medallas, porque «queda mucha gente por competir».

Mireia Belmonte llegó a la cita con los periodistas con las piernas temblorosas: «No sé ni cómo me siento, no sé expresarlo». «La táctica era ir con reserva en los primeros 400 para después para después ir fuerte. Tenía que aguantar con ellas, pero que no me sacaran más de medio cuerpo, porque después me costaría recuperar», ha explicado.

Cuando con el paso de los metros ha visto cómo iba superando a la danesa Lotte Friis y finalmente a la ídolo local, la inglesa Rebecca Adlington, que fue tercera, Belmonte no acababa de saber lo que estaba pasando. «O yo me encontraba muy bien o ellas muy mal», ha dicho. Ha explicado que intentó atacar la primera plaza de la estadounidense Katie Ledecky, pero no fue posible porque «ya estaba muy lejos». En los últimos cien metros, Belmonte ha dicho que no notaba las piernas. «Tenía muchas ganas de vomitar, ganas de acabara todo, no podía más», ha confesado.

Mireia ha explicado que anoche no pudo dormir y que estuvo tres horas mirando el techo de su habitación. Hoy, sin embargo, la siesta que debía durar una hora, se ha prolongado durante dos. «Ha sido un día difícil por el estrés. He nadado muy confiada, porque la medalla de plata de hace dos días me ha ayudado mucho a la hora de nadar. No tenía ninguna duda», ha dicho.

Belmonte planea celebrar al máximo sus dos medallas, que la convierten en la nadadora española más laureada de la historia olímpica. «Ahora toca celebrarlo y disfrutar un poco de Londres, porque hasta ahora no he salido de la Villa Olímpica y mis trayectos eran de la habitación al autobús y del autobús a la piscina», ha explicado. Ha dicho que se siente «superrara», que le sale «la risa», pero no puede reír. «No me lo creo, no estoy acostumbrada a esto», ha insistido Belmonte, que ha vuelto a hablar y a llorar cuando le han puesto por teléfono a su madre, quien está dispuesta a saltar en paracaídas para celebrar los éxitos, como prometió antes de llegar a Londres.

«Me costó mucho empezar a competir, pero cada día he ido a más. Intento hacerlo mejor cada vez que salto al agua. ¿Si soy consciente de que soy la mejor nadadora de la española? Ahora no soy consciente de nada», ha insistido Mireia.