Agnel se destapa como el aspirante al trono acuático

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Venció en los 200 libres, y dejó al americano Ryan Lochte sin medalla

31 jul 2012 . Actualizado a las 17:42 h.

El francés Yannick Agnel era el tapado. Llegaba a estos Juegos Olímpicos sin el estruendo que precedía al duelo entre Michael Phelps y Ryan Lochte, pero en menos de 24 horas se ha convertido en firme aspirante a suceder al tiburón de Baltimore en el trono de la natación mundial. De paso, como quien no quiere la cosa, se ha erigido en la auténtica pesadilla de los nadadores americanos. ¿Y cómo lo ha hecho? Pues a base de oros y grandes tiempos.

El domingo, en el relevo de 4x100 libres, Agnel hundió las aspiraciones americanas, y asestó un hachazo brutal en los tiempos a Ryan Lochte. Ayer, en la emocionante final de los 200 libres, repitió la jugada. Dominó a placer y se colgó el oro con una superioridad pasmosa. Nadó en 1:43.14, aventajando en más de segundo y medio al coreano Taehwan Park, y al chino Yang Sun, que le escoltaron en el podio con un idéntico 1:44.93. Lochte, con todas las miradas puestas en él, no pudo pasar de cuarto. Paró el crono en 1:45.04. Un tiempo demasiado discreto para el hombre que defendía el título mundial cosechado en Shanghái el año pasado. Entonces había marcado 1:44.44, medio segundo menos que el campeón francés.

Dominio de principio a fin

Como sucedió el domingo, ayer Agnel le ganó, y de largo, el pulso a Lochte. El galo se tiró al agua del Centro Acuático con el oro entre ceja y ceja, y con el regusto dulce del triunfo de la tarde anterior. Cubrió los primeros 100 metros en 50.64 segundos y liderando. Lochte marchaba tercero con 51.19, pero su velocidad en el viraje le permitió recortar y alcanzar como segundo la distancia de 150 metros. Nadaba 63 centésimas por detrás de Agnel, y en el último largo no recuperó. Al contrario. Sufrió un descalabro. En los últimos 50 metros el vencedor de los 400 estilos se desfondó. No era rival para Agnel, que iba a lo suyo, así que se encontró luchando por medalla con Park y Sun, ante los que también sucumbió.

Lochte, fuera del podio, probaba la misma medicina que había recetado a Michael Phelps el primer día de competición en la final de los 400 estilos.

La cara y la cruz

El francés Yannik Agnel y el americano Ryan Lochte han sido la cara y la cruz de las dos últimas jornadas de natación. El galo se ha convertido en el héroe, mientras el estadounidense ha bajado a los infiernos tras subir a lo más alto con su triunfo inaugural. Ayer Agnel, con apenas 20 años y un cuerpo larguirucho, mejoró incluso la mejor marca del año (1:44.42), que también defendía, y dio un repaso a un Lochte al que la posta del relevo dominical puede haberle pasado factura mental.

Las pruebas de relevos todavía pueden hacer que los caminos de los dos nadadores se crucen de nuevo. La final del 4x200 libres, que se nadará esta noche (21.44 horas) puede ser la primera opción de revancha.