Tres de cada cuatro deportistas de los Juegos Olímpicos mantienen relaciones sexuales los unos con los otros

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DEPORTES

«La Villa se convierte en el algo salvaje, el centro del sexo más grande en el que he estado nunca», asegura el bracista Eric Shanteau

19 jul 2012 . Actualizado a las 20:58 h.

Parafraseando aquello de Las Vegas, «lo que sucede en la Villa se queda en la Villa». La frase es de Summer Sanders, ganadora del oro en 200 metros mariposa en Barcelona 92. Y es el sexo descontrolado en los Juegos Olímpicos está lejos de ser un secreto, incluso parece ser una motivación más para llegar a Londres. Las historias sobre las aventuras sexuales de los atletas durante la competición son abundantes y la tradición parece continuar en la capital británica.

De puertas para adentro, los atletas comparten fiestas que poco o nada tienen que ver con el deporte y las relaciones sexuales están a la orden del día. «Entre el 70 % y el 75 % de los deportistas mantienen relaciones sexuales los unos con los otros», comenta el nadador Ryan Lochte, que ya acumula tres medallas de oro entre Atenas'04 y Pekín'08. «Hay mucho sexo. He visto gente practicando sexo al aire libre, en la hierba que hay entre los edificios», señala Hope Solo, portero de la selección femenina de fútbol de Estados Unidos, vencedora hace cuatro años. «Es como la universidad», continúa Tony Azevedo, waterpolista, plata en China. «La Villa se convierte en el algo salvaje, el centro del sexo más grande en el que he estado nunca», remata el bracista Eric Shanteau, ejemplar deportista por competir en Pekín tras superar un tumor testicular maligno.

La revista de la estadounidense ESPN, en su número de julio, deja claro, con múltiples testimonios y detalles aquello más o menos conocido, que la práctica del sexo entre deportistas es algo habitual e incluso muy frecuente entre los olímpicos en la Villa. ¿Para qué sino querrían los 16.000 atletas que estarán este verano en el barrio de Newham, en Londres, los 150.000 profilácticos, casi diez para cada uno, que les regala Durex?. La compañía del Grupo Reckitt Beckiser distribuirá nueve condones por atleta. De hecho, en los Juegos de Invierno de Vancouver 2010, los 100.000 preservativos distribuidos a los 7.000 atletas no fueron suficientes.

Historias legendarias

La futbolista estadounidense Hope Solo reveló hace poco las fiestas que hicieron en los Juegos de Beijing, y algunos de los atletas que acaban de llegar a Londres dijeron que están ansiosos porque empiece la diversión. «Es diferente que estar en un bar, no es difícil entablar conversación, siempre se tiene algo en común. Solo hay que preguntar '¿Qué deporte practicas?' y ya está todo hecho», dice Solo, mientras, Breaux Greer, lanzador de jabalina comenta con gracia que «en el campo de práctica las chicas están en bragas y sujetadores muy pequeños y los chicos en ropa interior para que todo el mundo vea lo fuerte que están. Todos tiene un cuerpo de diez».

«Los Olímpicos son la cima de tu carrera, así que quizás hagas algunas cosas que usualmente no harías», comentó con una pícara sonrisa la voleibolista de playa británica Shauna Mullin. La mayoría, como Mullin, tratarán de no pasarse de la raya, conscientes que los ojos del mundo estarán posados sobre ellos. De todas formas, el jefe del cuerpo médico de Brasil dijo que no hay motivos para ser conservador. «(El sexo) es común en las olimpiadas. Es necesario, es natural», dijo el doctor Joao Olyntho Machado. «Si eres una persona saludable, ¿por qué no vas a tener sexo? Brasil es un país muy tolerante con el sexo. No tenemos una mente cerrada y no somos religiosos». «Cuando acabamos de competir nuestra dieta se convirtió en caviar, vodka y champán ruso. Fue una locura. Me sorprendió que las rusas fueran, por cultura, mucho más afectivas, más cercanas» dice Greg Louganis, clavista que participó en Montreal 76, Los Ángeles 84 y Seúl 88.

El nadador marfileño Kouassi Brou era uno de los competidores más jóvenes en Beijing, donde tenía 16 años, pero ahora ya creció y está listo para cualquier aventura. «Era muy joven y tímido en el 2008, así que no hablaba con las mujeres», señaló el nadador de 20 años. «Pero ahora soy un hombre. Voy a tratar (de conquistar). Si son bonitas, está bien».

Aunque claro, siempre hay quien no se entera, o no se quiere enterar de la fiesta ya que algunos atletas entrevistados por la publicación americana reaccionaron sorprendidos a estas declaraciones. «No he visto nada de eso... quizás no estaba despierto las noches indicadas», dijo el remero australiano Warwick Draper. «Creo que no es algo que uno espera ver en la villa». Mullian sabe cómo reaccionaría si viera algo subido de tono: «Estoy bastante segura que me reiría».

Las historias de fiestas en la villa de los atletas son legendarias. Muchos viven en un mundo donde la prensa sigue cada uno de sus pasos y pueden sentirse libres en la privacidad de la villa donde están aislados del resto del mundo.