La tolerancia cero en Francia y en España

Antonio Alix

DEPORTES

11 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El arresto de Di Gregorio ha sido la noticia del primer día de descanso de este Tour de Francia. Con la alta montaña por llegar el dominio del Sky es abrumador, un equipo cuyo rendimiento despierta sospechas dentro del mundillo, recordando al US Postal de Lance Armstrong, ahora en la picota por las sanciones de la agencia estadounidense antidopaje a varios en su día miembros del equipo, entre ellos varios españoles.

Yo no dudo del Sky, lo que hacen no me parece sospechoso; es más, ¿no será que si ahora todos van más limpios es cuando la calidad y el trabajo salen a relucir sin que incida lo bien trucado que se tenga el motor?

A Di Gregorio no se le ha pillado con las manos en la masa ni ha dado positivo; pero en Francia no se andan con medias tintas. Basta con las grabaciones y testimonios para detenerle y en un día sin etapa la repercusión es máxima. De una vez por todas en España hay que dejar de meter en el mismo saco al Tour, a la gendarmería, a la federación, a los guiñoles de Canal Plus y al público. Un público que, aunque haga siglos que no ve ganar a un francés, sigue llenado las cunetas y engalanando sus calles, lo mismo que llenando las gradas de Roland Garros, aunque tampoco ganen sus tenistas.

Lo sucedido ayer es la actuación policial contra un ciclista que perjudica al Tour. Pero si se va a saco contra el dopaje hay que hacerlo, como se hizo en el 98 con el Festina. En cambio, en España hay casos -alguno latente- con cibercorreos y grabaciones de audio o vídeo que implican a deportistas de elite en tramas de dopaje. Pero sin confesión o positivo ellos siguen compitiendo tan campantes y son admirados por la afición. Esa es la tolerancia cero a la española, nada que ver con la francesa, la de verdad.