Notable estreno de una zaga de circunstancias, pero le faltó oxígeno en la creación

antón bruquetas A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

El éxito del Deportivo ante el Valladolid pasaba por sobreponerse a las numerosas bajas con las que iniciaba el enfrentamiento ante el segundo clasificado

07 may 2012 . Actualizado a las 10:17 h.

El éxito del Deportivo ante el Valladolid pasaba por sobreponerse a las numerosas bajas con las que iniciaba el enfrentamiento ante el segundo clasificado y por sostener el juego combinativo del que hace gala el conjunto de Djukic en la zona de creación. Logró todo a medias y por eso, aunque el choque se le puso de cara gracias al tanto de Guardado, terminó cediendo un empate. Estas fueron las claves del reparto de puntos que presenció ayer Riazor.

La Presión | Estrangular la salida de Óscar

El centro del campo del Deportivo se aplicó desde el inicio del partido para incomodar a la zona de creación del conjunto de Djukic. Tanto Bergantiños como Juan Domínguez prestaron especial atención a Óscar. Un hombre que no solo es un gran finalizador, sino la base para que el Valladolid gane profundidad en ataque. Cada vez que conquistó libertad entre líneas provocó situaciones de peligro. Sus combinaciones con Nauzet lanzaron las acciones ofensivas de los visitantes. Pero, durante la mayor parte del tiempo, la presión logró convertir el fútbol de toque y desequilibrante del Valladolid en una propuesta plana y poco incisiva. Gracias a esto, los coruñeses evitaron la derrota. En este sentido, el Deportivo apenas pasó del medio del campo en la segunda mitad, por lo que el gol solo podía caer de un lado. Regaló demasiado espacio al rival y al final el peso de la posesión alcanzó el empate.

Las bajas | Falta de mordiente en ataque

La mayor parte de las bajas que tenía el equipo se concentraban en la retaguardia, donde faltaba Aranzubía, una pieza clave como Colotto y su recambio, el canario Aythami. Sin embargo, el argentino Germán Lux defendió con decoro la portería e incluso se permitió algunas paradas de mérito que lo convirtieron en uno de los más destacados del encuentro. También Borja, el jugador que adaptó Oltra para suplir las carencias en el eje de la zaga, cumplió con nota. Se anticipó a Javi Guerra cada vez que el delantero malagueño entraba en contacto con la pelota y fue un referente en el juego aéreo. Por lo que no fue la zona de atrás donde más se notaron las ausencias. El Deportivo sintió la falta de ritmo por la banda. Allí, Salomao y Bruno Gama son el complemento perfecto a Andrés Guardado. Ni Saúl, primero, ni Pablo Álvarez después acertaron a ofrecer la profundidad suficiente que desatascase al once blanquiazul.

Guardado | La única referencia ofensiva

Con Valerón apagado, superado en la mayor parte del choque por la velocidad del juego, el Deportivo solo pudo echar mano de Guardado para armar sus ataques. De hecho, desde que el futbolista mexicano se retiró del terreno de juego, Oltra renunció a conseguir la sentencia. No le quedaban demasiadas opciones en el banquillo. Dio entrada a Ayoze para agrupar a los blanquiazules en una defensa de cinco hombres. A partir de entonces, los locales dimitieron del ataque y se centraron en conservar la ventaja que habían conquistado gracias al penalti que forzó Lassad. Agazapados (aún más) aguantaron casi hasta el final, pero en el tiempo añadido terminaron concediendo la igualada.

Falta de puntería | El Valladolid no golpeó

De todos modos, que el 1-0 luciese en el luminoso de Riazor hasta el minuto 93 solo se explica por la falta de puntería que tuvo el Valladolid. Generó suficientes ocasiones claras como empatar antes del descanso y tras la reanudación, cuando se acentuaron más las posiciones de los dos equipos. El Deportivo renunció a hacerse con la pelota después de la pausa. Se volcó en tapar sus carencias y, por insistencia, el equipo de Djukic se llevó un premio que, por su propuesta futbolística, merecía.