El hermano tranquilo de Pep

Pablo Gómez Cundíns
Pablo Gómez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

El introvertido exjugador del Celta creció en La Masía junto al todavía técnico culé y entrenó al cadete con Messi, Piqué y Cesc

28 abr 2012 . Actualizado a las 15:31 h.

Miércoles, 17 de agosto del 2011. Partido de vuelta de la Supercopa de España. El Barcelona gana al Real Madrid, pero la imagen es la de Mourinho introduciendo un dedo en el ojo del ayudante de Guardiola, Tito Vilanova. Minutos más tarde, en conferencia de prensa, el luso espeta: «La pregunta que me hace de Pito... Pito Vilanova, como se llame este, que no sé cómo se llama, no conozco a este».

Martes 24 de marzo de 1998. Semifinal de la Copa de Cataluña. Lleida-Barcelona. Louis Van Gaal delega por completo en su ayudante, José Mourinho, que forma con un equipo plagado de canteranos, entre los que causa sensación Xavi, que debuta en partido oficial con el primer equipo. En el Lleida, Óscar es sustituido por un centrocampista con gambeta en la sangre que al final del choque vaticinó junto al sustituto de Van Gaal largo recorrido al debutante Xavi. Ese centrocampista habilidoso y, parece que invisible, era Tito Vilanova, el Marqués. Y Mourinho sí lo conocía.

Ese era el ayudante de Pep Guardiola, el técnico más laureado de la historia del Barcelona, hasta ayer. Ese es el entrenador culé, desde el 1 de julio. Francesc Vilanova i Bayo (Bellcaire, 1969) arrastra su discreción desde que nació para el fútbol en La Masía.

En aquella casa coincidió con Amor, Busquets padre, Sergi y Ferrer. Pero sobre todo con Guardiola y unos cuantos conocidos como els golafres (los glotones) por las comilonas que surgían cuando cada uno traía alimentos de su pueblo. Exquisito centrocampista desde edad juvenil, su palmarés temprano no le sirvió para triunfar en el Barça, pero sí en el Figueres, Celta, Badajoz, Mallorca, Lleida, Elche y Gramanet. Ya entonces se ganó otro apodo: el Marqués. Porque era puntilloso con el estado del césped, la presión del balón, las condiciones del juego.

Su excompañero en el cuadro gallego y en el curso de entrenadores Patxi Salinas insiste en su carácter introvertido y está convencido de que volverá a coincidir con Pep, de cuya figura no podrá independizarse nunca. Incluso algún jugador llegó a definirlos como «hermanos gemelos».

El Pep tranquilo

Dicen de Vilanova que es el Guardiola tranquilo, a lo que añaden epítetos como discreto, inteligente, trabajador. Sus conocimientos de fútbol están avalados públicamente por una plantilla que conoce bien. Fue entrenador en el año 2003 del Barça cadete con Piqué, Cesc y Messi, a los que inyectó sentimiento culé. Hasta que el actual presidente, Sandro Rosell, entonces vicepresidente deportivo, prescindió de él.

Visitó los banquillos del Palafrugell y Figueres. Y estaba en las labores de director deportivo del Terrasa cuando su amigo el golafre Pep pidió su ayuda para conducir al Barcelona B en una Tercera División que Tito conocía muy bien y Guardiola no. En aquel equipo se incluyó un entrenador que se encargaría de editar los vídeos: Aureli Altimira. Podría ser el ayudante de Vilanova la próxima temporada.

Juntos y como condición indispensable en las negociaciones de Guardiola, moldearon un Barça de leyenda. Tito era «un libro abierto» para Iniesta y el encargado de diseñar las jugadas de estrategia. Desde octubre, el delfín del noi de Santpedor escribirá su propia historia. La glándula parótida casi arruina el sueño. Pero Guardiola era, y seguirá siendo, su ángel de la guarda.

Tito vilanova próximo entrenador del barcelona

Rosell lo despidió en el 2003, y en el 2007 volvió para ayudar a Guardiola en Tercera División

Jugaba en el Lleida el día del debut oficial de Xavi con el Barça, de la mano de Mourinho