El meta cambrés del Girona se enfrenta a su exequipo seis años después de irse
31 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Cuando el Superdépor asombraba en España con Liaño en la portería, Canales y Elduayen en la recámara y Álex haciendo las maletas para buscarse la vida en el Atlético de Madrid, un joven portero de Cambre soñaba con defender algún día la meta del equipo entonces entrenado por Arsenio Iglesias. Dani Mallo tenía 15 años y muchos eran los que apostaban por él como futuro portero del Deportivo.
Los años pasaron, los millones de las televisiones llegaron a Riazor y Lendoiro apostó por traer un sinfín de jugadores al Dépor, entre ellos varios porteros internacionales. Y ahí comenzó el principio del fin del que iba para estrella y se quedó en promesa.
«Con todos los respetos hacia los actuales integrantes de la plantilla del Deportivo, el nivel de exigencia de entonces no es el de ahora. En la actualidad se le da más oportunidad a la cantera. Antes era imposible y yo fui uno de los que se quedaron ahí», explica el portero del Girona.
Pese a todo, el cambrés aguantó el tipo y se mantuvo en una plantilla escalando poco a poco posiciones hasta alcanzar la condición de segundo portero el año de la Liga. «Las estadísticas dicen que fui el meta suplente de Primera que figura en más convocatorias aquella temporada», recuerda un Dani Mallo que puede presumir de varios títulos y un récord: «De los seis títulos que tiene el Dépor solo me perdí la primera Copa y la primera Supercopa. Los otros cuatro los tengo. Dicen que para considerarse que has conquistado una Liga debes haber jugado, al menos un minuto. Yo no lo hice, pero fui el segundo portero de España con más convocatorias. Además, puedo presumir de no haber perdido ningún partido oficial con el Deportivo», subraya con orgullo.
Pero los años pasaban y las oportunidades seguían sin llegar para Dani Mallo. Molina era indiscutible y apostó por irse a Portugal. Tres años pasó en el Sporting de Braga: «El primero fue malo, el segundo bueno y el tercero muy raro. Todavía no sé por qué me dejaron sin jugar». Dani no se rindió y siguió confiando en sí mismo. Buscó fortuna en Escocia. Fichó por el Falkirk. «Evitamos el descenso, quedamos subcampeones de Copa y clasificamos por primera vez en la historia al equipo para una competición oficial. Y solo en seis meses». Allí fue feliz. Conoció un fútbol diferente, pero le faltaban las costumbres españolas. El cambrés regresó y fichó por el Girona hace tres temporadas. Ya es capitán. Ahora se enfrenta a un Dépor que le dio la oportunidad de ser profesional, pero le tapó la progresión.
dani mallo portero del girona