El Chelsea, «una vergüenza para la Premier»

Agencias

DEPORTES

STEFAN WERMUTH

La destitución de Villas-Boas desata las críticas contra el club londinense, que sueña con Mourinho, Benítez o Guardiola

05 mar 2012 . Actualizado a las 20:36 h.

La destitución del portugués André Villas-Boas como entrenador del Chelsea tras solo 8 meses en el cargo suscitó una cascada de críticas en la prensa inglesa hacia el dueño del club, el magnate Roman Abrámovich. 40 encuentros es lo que ha durado la paciencia del ruso tras hacerse con los servicios del portugués este pasado verano tras pagar 15 millones de euros al Oporto, conjunto con el que Villas-Boas, de 34 años, logró el triplete.

El director ejecutivo de la Asociación de Entrenadores de la Liga Inglesa, Richard Bevan, calificó de «lamentable» la destitución del portugués y opinó que el Chelsea se está convirtiendo en una «vergüenza» para la Premier League. «Buscar a su octavo entrenador en nueve años es una vergüenza para el club, su dueño (Roman Abrámovich), los aficionados y la Liga», añadió Bevan.

El conjunto londinense tan solo ha logrado tres victorias en los últimos doce compromisos ligueros y el sábado cosechó una derrota por 1-0 a manos del West Bromwich, que le aleja, aún más, de los puestos que dan acceso a la próxima edición de la Liga de Campeones pues está en quinta posición en la Premier. El técnico del Manchester United, Alex Ferguson, cree que la destitución de Villas-Boas es «triste», pero reconoció que no le sorprendió, según informó la cadena pública BBC.

«Se hablaba mucho de su posible destitución en los medios de comunicación y la verdad es que los resultados no le han acompañado.

Es triste porque es un entrenador joven», dijo Ferguson. El escocés, que lleva 25 años entrenando al United, aseguró que cuando se es joven se necesita «tiempo», pero que «en este negocio, desafortunadamente, no te dan mucho». «Espero que le vaya bien porque tiene potencial. No podemos ignorar lo que logró en el Oporto y espero que vuelva pronto», aseguró el escocés.

El israelí Avram Grant, técnico que llevó a los blues a la final de la Liga de Campeones en el 2008 y que también fue cesado por Abrámovich, cree que tanto los resultados como el juego «no ayudaron» a Villas-Boas. «Ni los resultados ni el juego era buenos; creo que es necesaria paciencia, pero esto se esperaba, ¿no?», dijo el israelí. «El objetivo del Chelsea es lograr resultados y jugar bien. El dueño lo dejó claro y gastó mucho dinero para hacer las cosas bien.

El club ha invertido grandes cantidades para lograr los objetivos, así que cada vez que se pierde un partido surgen este tipo de problemas», declaró Grant. Otro exentrenador de la entidad londinense, el brasileño Luiz Felipe Scolari, contratado por Abrámovich en julio del 2008 y que fue destituido a los siete meses, considera el nuevo entrenador del Chelsea vivirá «un infierno». «Inglaterra tiene equipos como el Arsenal, donde Arsene Wenger lleva muchos años (15) y tan solo ha ganado dos o tres ligas. La cultura del Chelsea es muy diferente y lo que ha sucedido es extraño, aunque para mí no lo es tanto, yo pasé por lo mismo», aseguró Scolari. «Va a ser un infierno para el que sea su sucesor», concluyó el técnico brasileño.

Sustitutos

Al mismo tiempo, los medios ingleses mencionan a Josep Guardiola, José Mourinho y Rafa Benítez como tres de los candidatos con los que sueña el Chelsea para reemplazar a Villas-Boas. El principal candidato con el que se esperanzan los directivos es Guardiola, actual técnico del Barcelona y sobre quién se especula permanentemente sobre su continuidad entre los azulagranas al final de la temporada.

También suena el nombre del portugués Mourinho, ex del Chelsea y actual entrenador del Real Madrid, quien fue aclamado recientemente por los hinchas en Stamford Bridge. El español Rafa Benítez parecería la opción más realista, ya que se encuentra actualmente sin esquipo y habría sido contactado por allegados al Chelsea la semana pasada.

La mayor pega a Benítez es el posible rechazo de los hinchas del Chelsea tras una serie de ásperos cruces cuando dirigía el Liverpool. Además, su llegada no sería del total agrado del dueño del club Roman Abramovich.