Su madre señala que el pequeño se ha sometido a esta segunda intervención precisamente para sacarle la placa y los tornillos. «El hueso creció bien -explica-. Ahora esperamos que adquiera la forma redondeada y que se adapte a la cadera».
Xandre reconoce que esta vez todo ha ido mucho mejor. «No me dio miedo entrar en el quirófano -dice- y además me dejaron frito al instante. La otra operación fue horrible, en esta segunda no me duele nada y además antes de entrar me dieron cuatro calmantes. Lo que más me fastidió fue estar en ayunas», señaló.