Juanito y familia, pasión por el fútbol

JOSE VALENCIA FERROL / LA VOZ

DEPORTES

ANGEL MANSO

El veterano jugador, su mujer y sus dos hijos juegan en distintos equipos del Narón Balompé

06 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Juan Luis Amigo Ferreiro, «Juanito», saboreó las mieles del éxito con el Superdépor de Bebeto, Mauro Silva y compañía, formó parte del mágico proyecto del Compostela de José María Caneda que llegó a Primera División, vivió un ascenso a Segunda A con el Racing y además ha sido jugador del Betis, Levante, Toledo y Mérida. Pese a tener la mochila repleta de recuerdos, de ascensos y descensos, a sus 42 años no ha perdido el gusto por el fútbol.

El futbolista ha hecho del deporte su bandera familiar y tanto su mujer, Conchi Noya, como sus dos hijos, Óscar e Iván, juegan al fútbol. «Estoy contento por vivir en una familia deportiva -indica Juanito- y de que mi mujer juegue al fútbol y disfrute del ambiente en el que viví yo tantos años. Para ella es muy bueno hacer deporte, estar con otras compañeras y también, tras jugar los partidos, Conchi ha comprendido mucho mejor mis estados de ánimo. Ahora también ella le da vueltas a determinadas jugadas».

En casa de Juanito todo el mundo hace deporte y sus dos hijos, Óscar e Iván, juegan en los alevines y benjamines del Narón Balompé, respectivamente. Ambos lo hacen de extremo derecho, la posición en la que siempre ha jugado su padre. Son del Barcelona, y mientras que Óscar admira a Fernando Torres, Iván no duda en señalar a Messi como el mejor futbolista del mundo.

Juanito es sincero a la hora de hablar de sus hijos y asegura que no es un padre que los agobie ni tampoco un entrenador en la banda. «Yo no pienso en que lleguen a Primera, solo quiero que disfruten en cada partido. Intento que entiendan que el fútbol a sus edades nunca deja de ser un juego. Tienen a sus entrenadores y yo en la banda soy un padre más», explicó.

Unos privilegiados

Añade que ahora mismo para los más pequeños hacer deporte es un auténtico lujo, ya que trabajan en unas instalaciones excepcionales y con unos entrenadores muy buenos. «Yo les digo que son unos privilegiados y que disfruten de lo que hacen», señala Juanito.

Conchi Noya, la madre, juega al fútbol femenino, en el equipo del Narón. «Yo también soy la más mayor en mi equipo -explica la futbolista-. Hace un par de años decidieron hacer un equipo de chicas, me invitaron a jugar al fútbol ocho y acepté porque está bien lo de darle al balón y correr».

Sobre que sus hijos hagan deporte, Conchi lo tiene muy claro. «A mi siempre me ha gustado hacer deporte y desde que formamos una familia con Juanito lo que hemos intentado es que nuestros hijos se acercaran al deporte y que a ser posible fuera al aire libre. El deporte es algo saludable para sus cuerpecillos, también a nivel psicológico es muy bueno, ya que aprenden a tener una disciplina, se habitúan a los reglamentos, también a normas de higiene, de salud o compañerismo, que también es una cosa muy buena». Añade que con el deporte los niños son más abiertos y dejan de ser introvertidos. «Se abren a diferentes grupos de niños, no solo a los compañeros del colegio, y también se les corta la timidez».

El día a día

En el plano de la logística asegura que no tiene demasiado lío. «Lo cierto es que pasamos casi todo el día en las instalaciones de O Cadaval, muy cerca de nuestra casa. A veces coinciden los entrenamientos, pero bueno, nos lo hemos montado bastante bien». Sobre que su marido siga jugando al fútbol con 42 años dice. «La ilusión siempre la ha tenido, es su pasión y con las ganas que tiene, yo estoy orgullosa de que siga y de que lo haga tan bien», dice.