La lluvia frena la racha de Lorenzo

toni silva REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

13 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Competir en lluvia contra un piloto australiano es como intentar batir a un pakistaní en hockey hierba o a una rusa en natación sincronizada. Jorge Lorenzo olvidó esa máxima y no soportó contemplar cómo Stoner se alejaba ante su húmedo horizonte. En Silverstone se olvidó de la carrera y pilotó con el Mundial en mente. Se obsesionó tanto con no ceder el liderato que, en lugar de resignarse a una diferencia mínima de puntos en la clasificación, dilapidó su puesto de honor yéndose al suelo sin intermediar otros pilotos. En su caída bastaron Lorenzo, el agua y los malos hábitos del pasado, aquellos que convertían extraordinarias carreras del mallorquín en cero puntos por abrir en el momento menos oportuno.

Lorenzo apretó los dientes en los primeros metros del Gran Premio británico y encabezó la carrera por delante de Stoner y Dovizioso, pero las Hondas no tardaron en superarlo. Simoncelli también rebasó al español, que recuperaría el tercer puesto unas vueltas más tarde. Una vez que encontró el ritmo y viendo que Stoner ponía asfalto de por medio, Lorenzo intentó regresar a la segunda posición ante Dovizioso, cuyos veinte puntos le habrían permitido seguir gobernando el campeonato del mundo. Pero en el intento su Yamaha le acabó escupiendo por encima del manillar y Jorge abandonó el circuito inglés lanzando gestos de rabia.

Desde octubre del 2009

Llevaba casi dos años sin abandonar una carrera a causa de una caída. Su último fatídico episodio se remonta a octubre del 2009. En aquel Gran Premio de Australia, Jorge Lorenzo disputó una de sus carreras más breves. Apenas iniciada la prueba se topó con Nicky Hayden, le patinó la rueda trasera, se quedó sin posibilidad de frenos y se fue al suelo llevándose con él al americano, al que pidió perdón. Reconoció su culpa y entonces dio por casi perdidas sus opciones para el título de campeón del mundo, en el que intentaba recortar puntos a Valentino Rossi. Y al igual que ayer, la última carrera en la que Jorge Lorenzo había acabado por los suelos fue ganada por Casey Stoner, aunque en Phillip Island fue bajo un sol de justicia.