El equipo de Vettel intentará derribar su última frontera en el Gilles Villeneuve
10 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Ya no le quedan muchos territorios por conquistar a Red Bull. Pero Canadá es uno de ellos. Es el único lugar en el que la escudería energética no ha tocado podio desde que inició su particular época dorada. Todavía no ha logrado materializar su superioridad en el Gilles Villeneuve, un trazado bello y generoso en los adelantamientos que suele ofrecer un buen espectáculo, muy por encima de las monótonas carreras que deparan otros circuitos más modernos y también más soporíferos.
La cita canadiense (domingo, 19.00 horas, La Sexta) llega cuando el gran circo todavía sufre la resaca de Mónaco, un gran premio frustrante para los rivales de Red Bull. Vettel, arropado por la fortuna, ganó en territorio hostil. Cuando parecía que la victoria se iba a dirimir entre Jenson Button o Fernando Alonso, un choque múltiple congeló la carrera a favor del campeón. El asturiano asegura que aquello no fue un espejismo y cree que hay tiempo de sobra para remontar. Ferrari realizará en Montreal nuevos cambios para no perder definitivamente la estela de Red Bull. Además, Pirelli ha desplazado a Canadá los compuestos blandos y súper blandos, que ya se usaron en Mónaco y con los que Alonso logró un buen rendimiento de su monoplaza.
A priori, las características del Gilles Villeneuve no son las preferidas por Red Bull. Con respecto a otros trazados, la aerodinámica pierde peso en favor de otras variables como la estabilidad del monoplaza en las frenadas fuertes y la tracción.
Teóricamente, el escenario abre claros para Ferrari y, sobre todo, para McLaren. Lo evidencian los resultados. En el 2010 el equipo de Woking firmó un doblete y Alonso los acompañó en el podio. Lewis Hamilton ha logrado dos victorias en un circuito urbano que exige pericia y concentración para no olvidar que es fácil dejarse un pedazo de gloria contra las barreras de protección.
Vuelve Sergio Pérez
Sergio Pérez (Sauber) volverá a competir en Canadá después del accidente que sufrió en la calificación de Mónaco, que le impidió disputar aquel gran premio. El mexicano estuvo dos días ingresado en un hospital, pero está listo para esta prueba.
Las previsiones meteorológicas anuncian que existe un 60?% de posibilidades de que llueva durante la carrera y sitúa en un 50?% las probabilidades de que la calificación de mañana sea pasada por agua. Los chubascos multiplicarían el suspense en una prueba fecunda en imprevistos. En 1991, Nigel Mansell saludaba al público en la última vuelta. Pero se le caló el motor y regaló el triunfo a Nelson Piquet. Un final totalmente imprevisto. Quizás este circuito también cambie, al menos por un momento, el guion de este Mundial.