Nadal gana, sus dudas crecen

Paulo Alonso Lois
paulo alonso REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Errático, vence a un Pablo Andújar que le dominó casi siempre

27 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Las alarmas ya están todas encendidas para Rafa Nadal. No solo por el sufrimiento al que no está acostumbrado en el arranque de Roland Garros (Teledeporte), sino por las sensaciones que transmite. Si necesitó cinco sets para sacudirse de la irreverente apuesta de John Isner, ayer sufrió durante todo el partido frente a Pablo Andújar, antes de salvar el triunfo por 7-5, 6-3 y 7-6 (4), después de tres horas y cuarto. El problema del campeón no se reduce a que cualquier dificultad se magnifique, sino a que ni domina ni disfruta ni juega con una mínima regularidad, y eso que el cuadro todavía no le enfrentó a los auténticos gigantes del tenis. Si el susto no adquirió mayores proporciones esta vez, fue porque el conquense sintió un vértigo infinito cada vez que tuvo al mallorquín contra las cuerdas. Mañana le espera en tercera ronda el serbio Antonio Veic, verdugo de Nikolay Davydenko por 3-6, 6-2, 7-5, 3-6 y 6-1.

Sea por el refrescante desafío que le está planteando Novak Djokovic, o bien porque Isner abrió la veda para atacar al gran señor de la tierra del siglo XXI, da la sensación de que a Nadal le perdieron el respeto. Número 48 del mundo, Pablo Andújar, un buen jugador, pero no excepcional, que ganó este año en Casablanca, lo desafió como si fuese uno de los rivales acostumbrados a mirarle a los ojos.

La propuesta del conquense se centró en dominar a Nadal, que estos días juega muy corto, encogido, como si (por una vez) le pesase sobre los hombros la dimensión del desafío que tiene enfrente, en este caso igualar el récord de los seis títulos de Bjorn Borg en Roland Garros. Andújar jugó a sus anchas ante el pentacampeón, que se limitó a pasar la bola, a correr y a atacar muy de vez en cuando, carcomido por errores tontos. El aspirante rompió la pelota con una fenomenal derecha y pegó plano con su revés a dos manos. Claro que, al llegar al 5-5, dimitió y regaló el primer set. El cabreo le duró parte del segundo, y se entregó definitivamente después de desperdiciar un 40-0 con 4-3 en contra.

Con dos sets a favor para el número uno, ni Nadal se creció ni Andújar se marchó del partido. El conquense empezó a disfrutar del momento, de su momento. Celebró puntos y retomó su agresiva propuesta ante un Nadal arrinconado contra el fondo de la pista Suzanne Lenglen, irreconocible. El conquense llegó a mandar por 5-1 y fue dejándose hasta ocho bolas de set camino del tie break, donde, también, se entregó superado por la tensión del momento decisivo, más que por los méritos de Nadal.