Según pasan las jornadas posteriores al descenso del Deportivo a Segunda División, los análisis surgen y comienza el reparto de responsabilidades. Ayer, un artículo de Juan Guillín en el diario Marca ofrecía el siguiente titular: «Esta afición merecía más». El veterano periodista coruñés explicaba que «no fue el Valencia el que nos echó a Segunda» y que «el descenso se venía fraguando desde hace meses».
«Con los mimbres que se pusieron a disposición de Lotina quedó claro que no eran suficientes ni adecuados para luchar por la permanencia», explica Guillín. Y una vez consumado el descenso subraya: «Ahora es evidente que la entidad está obligada a dar un giro de 180 grados. Menos prepotencia, más humildad y, por supuesto, más claridad. La Coruña y el Deportivo (deportivismo) no se merecen este final de ciclo.
Javier Clemente
Un día antes, en el mismo diario, Javier Clemente lamentaba el descenso del equipo del que decía que «durante algunos años posiblemente haya vivido por encima de sus posibilidades, y en los últimos, como a tantos otros, le pillo la crisis». Prosigue Clemente diciendo: «Para mantener un equipo así se necesita mucho dinero y una gran infraestructura. Se olvidó de los jóvenes y poco a poco se fue debilitando».
Por su parte, el diario As aseguraba ayer que Lendoiro, «consciente de que habrá que hacer algún traspaso para cuadrar las cuentas», tratará de no desprenderse de «todas sus figuras».
Por último, el rotativo coruñés Deporte Campeón publicaba un reportaje en el que explicaba la devaluación que había sufrido la plantilla en los últimos años y que motivó el descenso del club blanquiazul a Segunda División.