Una Liga en el alambre

Pedro José Barreiros Pereira
pedro barreiros A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

El mal inicio de campaña derivó en un descenso doloroso

22 may 2011 . Actualizado a las 10:21 h.

La reacción de las últimas jornadas acabó ayer en triste final. El Dépor cerró la Liga en los puestos de descenso a Segunda, justo donde la había comenzado. Pese a que había fraguado una recta final casi sin fallo, la derrota de anoche en Riazor lo llevó a perder la categoría. La absoluta comunión entre el equipo y una afición entregada a sus ídolos resultó insuficiente para arreglar una temporada errática. Con la irregularidad por bandera todo el año, solo interrumpida por el buen desempeño final que a punto estuvo de mantenerlo en la categoría, los coruñeses cayeron una y otra vez en los mismos errores. Estas son las claves de la temporada que condujo al Dépor hacia el abismo.

Riazor

Refugiado en la afición, pero errático a domicilio.

Solo al amparo de sus aficionados el Dépor pareció de Primera. Capaz de disputar un puñado de vibrantes duelos en su estadio, dio una medida de sus posibilidades delante de su afición, que nunca dejó de creer en él. Todo cambiaba a domicilio, donde el panorama general se tornaba en una bofetada de realidad. Era el momento de partidos enteros sin rematar entre los tres palos y otros salvados por un milagro final, como aquel cabezazo de Aranzubia en Almería. El caso es que el equipo blanquiazul se paseó toda la temporada por los puestos de peligro de la categoría. Ni tan siquiera las visitas de aficionados a los entrenamientos y el masivo desplazamiento para el decisivo partido de Gijón, donde los coruñeses jugaron su mejores minutos del año a domicilio, supusieron un verdadero punto de inflexión en la moral del equipo.

Lotina

Un puñado de cambios de sistema y varias resurrecciones.

El técnico vasco, todo un veterano con más de 400 partidos en la Liga, se equivocó en su planteamiento inicial cuando sobrevaloró a la plantilla y llegó a afirmar que el estilo de juego deportivista iba a ser el del Barcelona. Luego, apeló al pelotazo cuando no le quedó más remedio, llegó a castigar a sus jugadores con críticas públicas, llevó la presión a sus sonados cambios de sistema, mantuvo a todos sus jugadores despiertos con apariciones y desapariciones de determinados futbolistas en las alineaciones,...

Lotina luchó por revitalizar un vestuario descapitalizado temporada tras temporada. No se achicó en las situaciones más comprometidas y completó una temporada de resurrecciones. Cuestionado de forma constante, el desgaste de esta temporada se tornó mayor que las tres anteriores que completó en A Coruña y con toda probabilidad no seguirá.

Valerón

Un líder demasiado solo en el vestuario.

Otro de los puntos a favor de Lotina consistió en rescatar al Flaco en el momento decisivo de la temporada. En realidad, ya no le quedaba mucho más a lo que apelar para rescatar a su equipo. Apenas desgastado físicamente después de pasarse prácticamente inédito tres cuartas partes del campeonato, el mediapunta pareció el futbolista ideal para llevar el timón deportivista sobre el césped gracias a la admiración y cariño que despierta en sus compañeros. A la hora de la verdad, en los minutos decisivos de la Liga, el canario precisó de unos apoyos que no le llegaron. Aún con destellos del genial jugador que fue, sus compañeros se agarraron a él en los momentos de zozobra, pero anoche nadie respondió con goles a sus pases.

Vestuario

Los veteranos, Rubén Pérez y Adrián.

Al margen de Valerón, las opciones deportivistas se basaron de nuevo en la sobriedad defensiva, que, al contrario que en anteriores temporadas, esta vez no bastó. Aranzubia, autor de un milagroso gol de cabeza que dio un punto en Almería, Lopo, mariscal defensivo y que marcó en las resurrecciones contra el Espanyol y el Villarreal, así como Adrián, máximo artillero del equipo, se erigieron en los protagonistas individuales de un año en que el Dépor no destacó por lo positivo de sus estadísticas colectivas. Fue el equipo menos goleador de la categoría, con 31 tantos en 38 jornadas, que le valieron para apenas conquistar diez victorias.

Esprint final

El drama del error arbitral de Gijón.

Cuando la situación se tornaba desesperada, tras la derrota en casa contra el Atlético de Madrid, el Dépor echó cuentas y se agarró a un tramo final de campeonato sin fallos para seguir en Primera. Cumplió todos los requisitos para la victoria en El Molinón, pero solo empató tras un error arbitral que el propio Comité de Competición reconoció. Así, quedó obligado a sumar cuatro puntos frente al Barcelona y el Valencia. Cumplió con el empate del Camp Nou, pero anoche un gol tempranero derivó en drama.