La trinchera deportivista maniató el toque

Pedro José Barreiros Pereira
p. barreiros REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

16 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El sueño de Mourinho se hizo realidad en el Camp Nou. Lotina logró maniatar al Barça y, además, acabar el partido con más remates que su rival. ¡Se puede! No ganó, pero si el asalto se decidiese a los puntos, el Dépor se hubiese llevado los tres. Desactivó la conexión entre la máquina de fútbol culé y sus delanteros, que trataron de sobrevivir con acciones individuales sin mucho acierto. La posesión, eso sí, cayó por completo del bando local.

Es admirable: ni tan siquiera con un equipo trufado de jugadores del filial cambia lo más mínimo de filosofía. Los porcentajes de posesión al descanso no dejaban lugar a dudas: 80 para los locales y solo 20 para el necesitado Dépor.

Eso sí, los chavales de La Masía sobaron y sobaron el balón sin apenas profundidad y cuando lograron acercarse a Aranzubia, ni Bojan ni Afellay acertaron a rematar siquiera entre los tres palos. Lotina estableció una trinchera donde el tridente Aythami-Rubén Pérez-Juan Domínguez ahogó al campeón, que nunca se asomó con peligro a Aranzubia. Valerón jugó a muchísimos metros de distancia del área del Barça y los blanquiazules solo se acercaron por medio de Lassad, quien se internó un par de veces por la banda izquierda. Tras el descanso no cambió el guión. El Dépor siguió atrincherado con la defensa a diez metros del área y permitió al Barça dominar sin aprietos. Guardiola movió ficha, pero solo arriesgó hasta cierto punto. Renovó sus laterales con Maxwell y Alves, contra el que los coruñeses dieron entrada a Guardado, que llevaba calentando en la banda desde el inicio del partido.

Así se obró el milagro y el Dépor salió del Camp Nou con un solo punto sí, pero con más remates a portería que el campeón de Liga, aunque de los que levantaron el trofeo apenas había un par sobre el césped. Xisco, que acababa de salir, tuvo los tres puntos en las botas.