Rose, Deng y la defensa silenciaron a los «Beach Boys»

EFE

DEPORTES

Los Heat de Miami perdieron por paliza de 103-82 ante los Bulls de Chicago.

16 may 2011 . Actualizado a las 10:17 h.

El alero LeBron James no acertó en nada de lo que había pronosticado sobre las finales de la Conferencia Este, al menos en lo relacionado con el primer partido que su equipo de los Heat de Miami perdieron por paliza de 103-82 ante los Bulls de Chicago.

James pronosticó que iban a ser partidos de pocos puntos y eso fue en lo único que acertó, pero en cuanto a lo mal que lo hizo él mismo y el escolta Dwyane Wade, nada que ver con el acierto del base Derrick Rose y el alero sudanés Luol Deng para los Bulls.

Rose aportó 28 puntos y seis asistencias para liderar el ataque de los Bulls que ganaron el cuarto partido consecutivo en los duelos que han mantenido esta temporada, incluidos los tres de la temporada regular, y se pusieron con la ventaja de 1-0 en la serie al mejor de siete encuentros.

El segundo se jugará en el mismo escenario del United Center el próximo miércoles y los Bulls esperan seguir por el mismo camino ganador, mientras que los Heat tendrán que mejorar tanto en el apartado individual como en el juego de equipo, especialmente en lo referente al dominio de los balones por alto bajo los aros.

Si Rose, que no comenzó bien el partido al perder tres balones, reaccionó como auténtico Jugador Más Valioso (MVP) de la temporada regular, Deng se convirtió en el factor sorpresa al aportar 21 puntos, siete rebotes, recuperó cuatro balones, dio dos asistencias y puso un tapón.

Pero su gran acierto y aportación al equipo se dio en el apartado defensivo al no permitir que James fuese factor ganador y decisivo en el ataque de los Bulls.

James se iba a quedar con sólo 5 de 15 tiros de campo, mientras que Deng lograba 7 de 15, incluidos 4 de 6 triples.

El ala-pívot Carlos Boozer no pudo contener el juego individual de Chris Bosh, pero su aportación de 14 puntos y nueve rebotes también iba a ser elemento positivo en el triunfo de los Bulls, que dominaron ampliamente el juego bajo los aros.

El pívot Joakim Noah llegó a los 14 rebotes para ser el líder indiscutible en ese apartado y darle al equipo el dominio completo al conseguir 45 por 33 de los Heat, que sólo tuvieron a Bosh como el jugador que respondió a los retos que les presentaron los Bulls.

Además, por si todo lo anterior no hubiese sido suficiente el banquillo de los Bulls fue una vez más productivo que el de los Heat al conseguir 28 puntos por 15 del equipo de Miami, que sólo aguantó hasta el descanso (48-48).

Los Bulls rompieron el marcador y el partido a la mitad del tercer periodo cuando lograron una racha de 10-0 y en el cuarto ya fueron siempre muy superiores al no tener ningún tipo de reacción por parte de los «Beach Boys» de Miami.

Los seguidores de los Bulls, que comienzan a recuperar la prepotencia que mostraban cuando tenían en el equipo a Michael Jordan y Scottie Pippen, se dedicaron a meterse con los Heat al dedicarles cánticos como «Over-rated!» y «Beat the Heat!».

Los Bulls como equipo tuvieron un 44 por ciento de acierto en los tiros de campo y el 48 (10-21) de triples, comparados al 47 y 38 (3-8), respectivamente, de los Heat.

Bosh, con 30 puntos y nueve rebotes, fue el líder de los Heat, que tampoco tuvieron la inspiración encestadora de Wade al aportar 18 tantos al anotar 7 de 17, incluido un intento de triple, capturó tres rebotes y repartió tres asistencias.

Pero estuvo James, que ni brilló en el juego de ataque ni tampoco impuso su presencia bajo los aros ni en las acciones defensivas al conseguir seis rebotes y seis asistencias.

Además cometieron 16 pérdidas de balón por tan sólo nueve de los Bulls, que fueron superados en todos los aspectos por un rival que les conocen muy bien los puntos débiles de su juego donde más daño se le puede hacer.

El entrenador novato y ganador del premio del Mejor del Año, Tom Thibodeau, de los Bulls, volvió a darle una lección de estrategia y dirección del juego a Erik Spoelstra, de los Heat, que tiene ante sí la prueba de fuego y la casi obligación de lograr el pase a las Finales de la NBA con la plantilla «galáctica» que posee.