La AFE amenaza de nuevo con una huelga para la próxima Liga

santander / efe

DEPORTES

28 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), Luis Rubiales, ha advertido que o se paga a los más de 200 jugadores que no han cobrado lo acordado con sus clubes y se ofrecen garantías de que los compromisos se cumplen o la Liga 2011-2012 «no empieza».

Rubiales ha lanzado esta advertencia tras reunirse en Santander con representantes de la plantilla del Racing, club que mantiene una deuda de 1,7 millones de euros desde la temporada pasada con once de sus jugadores. El presidente de la AFE ha señalado que sus palabras no responden a «un ultimátum», sino a un ejercicio de «responsabilidad», porque «es impensable» que la próxima Liga comience si se mantiene la situación que hoy afecta a jugadores de clubes de Primera y Segunda, entre los que ha citado al Racing, Córdoba, Rayo, Betis y Recreativo.

«¿Cómo vamos a empezar una nueva Liga con 200 o 300 futbolistas sin cobrar y, lo que es peor, sin tener garantías. ¿Qué hacemos? ¿Empezamos la Liga y al cabo de un mes la paramos, o la para la Liga porque tiene problemas, o vamos al juzgado?», ha planteado Rubiales, que pide que se pague a los jugadores y que se tomen medidas para que esta situación no se repita.

La AFE propone que, por parte de la propia Liga de Fútbol Profesional y de las instituciones, se exija a quienes tomen la propiedad de un club que demuestren tener la solvencia financiera para cumplir el presupuesto que asumen, como ocurre en Inglaterra. Porque, en su opinión, una competición tan importante como la Liga española no puede basarse «solo en la buena fe», sino en «acuerdos que garanticen que lo comprometido se respeta» y que eviten que «alguien que llega luego se marche sin cumplir».

Rubiales ha puesto como ejemplo de esa falta de garantías a los once jugadores a los que el Racing debe diversas cantidades desde la temporada pasada, que aceptaron en su momento aplazar el cobro de sus nóminas y que ahora se ven sometidos a «la incertidumbre» de si el nuevo propietario, Alí Syed, cumplirá o no lo prometido.