Lotina cree que la clave estuvo en el arranque del segundo tiempo

Efe

DEPORTES

24 abr 2011 . Actualizado a las 22:53 h.

Miguel Ángel Lotina, entrenador del Deportivo, consideró que la clave de la derrota de su equipo ante el Hércules estuvo en el primer cuarto de hora de la segunda mitad, en el que el Hércules puso «más intensidad» y su equipo «no podía tener el balón». El técnico opinó que el Dépor estuvo «cómodo» en los primeros 45 minutos pero no pudo hacer gol, al igual que tras el tanto de Tiago Gomes para el Hércules. «Tuvimos el balón, además en su campo, pero para la posesión que tuvimos no hicimos ocasiones», dijo sobre el primer tiempo.

Lotina rechazó la idea de que su equipo pecara de falta de ambición y aseguró que sus jugadores salieron «bien, centrados, pero en el fútbol hay rivales». «Con balón me ha gustado, lo hemos tenido mucho tiempo en su campo», insistió. Justificó el cambio de Xisco por Juan Domínguez en que el Hércules «estaba llegando con mucha facilidad». «No teníamos el balón, el gol se veía venir pero no por el cambio», adujo Lotina.

Por ultimo, consideró que su equipo no puede «empezar a tener miedo» por ver un poco más de cerca la zona de descenso y debe centrarse en conseguir «44 puntos». «El vestuario está fastidiado pero optimista», concluyó.

Mientras, Miroslav Djukic, entrenador del Hércules, ha calificado como «un pasito» más hacia la permanencia el triunfo y se mostró convencido de que van a ganar en «confianza» para afrontar el partido de la próxima jornada en Málaga. Djukic consideró que su equipo hizo «un buen partido» y «dominó ante un equipo difícil, sin espacios», aunque reconoció que hubo momentos en los que estuvieron «un poco nerviosos».

«En la primera parte no pudimos concretar en los últimos metros y en la segunda, con más calidad, hemos entrado y creado más oportunidades», explicó el técnico herculano, que reconoció que su equipo terminó el partido «justito de fuerzas». Djukic valoró el trabajo de sus jugadores, aunque reconoció que no debían haber permitido que el partido se convirtiera en un ida y vuelta en los últimos minutos, porque eso es algo que «beneficia» al que va por detrás en el marcador.