La vida sigue igual: Vettel inalcanzable, y Alonso en un quiero y no puedo. El alemán sumó en el Gran Premio de China su tercera pole de la temporada (tres de tres), la cuarta consecutiva y la decimoctava en su carrera deportiva. Los números del vigente campeón, al menos en clasificación, son demoledores: en un 28% de sus carreras ha conseguido la pole position.
Si lo del alemán fue la cara, lo de su compañero Mark Webber fue la cruz. Todo lo que podía salirle mal, le salió. En la tercera sesión de entrenamientos libres su monoplaza empezó a echar humo por un fallo en el KERS y tuvieron que retirárselo, y en la clasificación no supo gestionar el uso de las Pirelli.
Red Bull, en palabras de su director, Christian Horner, se equivocó a la hora de elegir los neumáticos de Webber al final de la Q1, con lo que el aussie se quedaba, para sorpresa de todos, eliminado al corredor a las primeras de cambio. Partirá desde la lejana decimoctava plaza, así que cualquier parecido entre su estrategia y la de Vettel puede ser pura coincidencia. Webber, notablemente enfadado nada más bajarse del coche, se fue corriendo al despacho de la FIA para quejarse de la diferencia de rendimiento entre las blandas y las duras,
Mientras, en Ferrari siguen a verlas venir. De nuevo un quinto puesto para Alonso, que esta vez tuvo muy cerca a Felipe Massa. El español, una vez superados los problemas mecánicos del viernes, cuajó otra clasificación al límite de lo que puede dar el F150 Italia. Una vez más, el objetivo será esta mañana (9 horas, La Sexta) el podio, si no hace una mala salida ni comete algún error, como el choque con Hamilton en Malasia. «Los tres de arriba son inalcanzables si no pasa nada raro en pista», se resignaba el asturiano tras la clasificación.
Los que no fallan son los McLaren. Jenson Button y Lewis Hamilton mantuvieron el estatus en la parrilla, demostrando una vez más que son la única alternativa al dominio de Vettel.
Tras ellos, Nico Rosberg y los Lotus Renault, que fueron la gran decepción de la clasificación.