La fe de España no puede con Landin

Xurxo Fernández Fernández
xurxo Fernández REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Los de Rivera sucumben a la fenomenal actuación del portero danés

29 ene 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Faltó tiempo y sobró Landin. España echó de menos unos cuantos minutos para acometer su tercera remontada del partido y pagó la enorme actuación del portero danés (16 paradas). Un meta de 22 años que cerró a la selección el pase a la final de un Mundial en el que ha recuperado sus mejores sensaciones.

Curiosamente, Dinamarca temía al hombre que iba a defender el marco español. Pero ni Sterbik, ni mucho menos un extrañamente ineficaz Hombrados se acercaron siquiera al rendimiento de Landin, que desquició a la primera línea de los de Rivera y a los distintos lanzadores de siete metros que se le pusieron por delante.

El recital empezó pronto y dio a Dinamarca sus primeras ventajas. Tras un par de minutos de tanteo en los que los goles de un lado encontraban respuesta inmediata en el contrario, los nórdicos empezaron a despegarse. España lograba sujetar a Hansen, con una soberbia actuación de su avanzado en el 5-1 (ya fueran García Parrondo o Ugalde), pero el rival decidió olvidarse por un momento del lateral izquierdo y cargó el juego por el derecho. Lindberg y Sondergaard superaron varias veces a Hombrados. Rivera sorprendió reservando a Sterbik en el banquillo, una decisión que pronto tuvo que corregir.

Como era previsible, Dinamarca apostaba por la velocidad y ni siquiera permitía los cambios defensivos. Pese a ello, el verdadero lastre de la selección llegó con el balón en la mano.

No había un jugador que asumiera la responsabilidad en la primera línea, conectar con el pivote era misión imposible y los extremos se tomaban los ataques como tiempo de descanso. Nadie los buscaba. La puntilla la ponía Landin, que sacó dos contras clarísimas y un par de lanzamientos de siete metros a Romero y Juanín. Así marcaron distancias los nórdicos, para alborozo de una hinchada que abarrotaba el pabellón. Un 10-6 al que los de Rivera respondieron a su manera, con fe.

Sin una fórmula clara para la ofensiva y apretando mucho atrás, España fue comiendo terreno. Cañellas tomó la responsabilidad en los siete metros y su acierto resultó fundamental. Tanto como la espectacular defensa de Morros, condenado muchas veces al uno contra uno. El entrenador danés tuvo que pedir tiempo muerto y al descanso se llegó empate a 12.

Al salir del vestuario, la historia fue calcada. Seis minutos sin anotar son una losa casi siempre insalvable. Y ese fue el tiempo que pasó entre el comienzo de la segunda parte y el gol de Garabaya, la solución de emergencia para el fenomenal atasco de la primera línea de España. Hubo que esperar a que el rival se fuera cuatro arriba (16-12) para ver un nuevo arreón.

Una reacción rabiosa culminada jugando en inferioridad, fruto del doble rasero de los colegiados al medir la intensidad defensiva. Olía a nueva gesta. Pero reapareció Landin. Primero cortó la racha de Cañellas desde los siete metros y después lo paró todo. Por si no bastaba, tras el nuevo empate llegó una segunda exclusión (esta, de Morros). Definitiva. Dinamarca despegó otra vez aferrada a un mayúsculo Hansen (9 goles) y con menos de tres minutos por delante. Solo hubo tiempo para decir adiós a la final.

Marcador cada cinco minutos: 4-2, 6-4, 10-6, 10-7, 11-10 y 12-12 (Descanso) 15-12, 17-14, 18-17, 21-20, 23-23 y 28-24 (Final).

Árbitros: Horacek y Novotny (R. Checa). Excluyeron a Knudsen (2), R. García (2) y Morros por España.

Landin; Lindberg (6), Mads Christiansen (1), Spellerberg (1), M. Hansen (9), Lars Christiansen (2, 1p) y Toft (2) -equipo inicial- Rasmussen (ps), Boesen (1), Lauge (-), Knudsen (1), Noddesbo (-), Svan Hansen (-) y Sondergaard (5).

Hombrados; Chema Rodríguez (1), Gurbindo (2), Morros (1), Roberto García (2), A. Entrerríos (3) y Juanín (1) -equipo inicial- Sterbik (ps), Rocas (1), R. Entrerríos (3), Cañellas (6, 4p), Romero (1p), Ugalde (2), Garabaya (1) y Aguinagalde (-)