Un botellazo para subir la tensión

Xurxo Fernández Fernández
x. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

La estrategia para calentar el choque de Sevilla desemboca en la agresión a Casillas

28 ene 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

«Un acto aislado», para Karanka; un «hecho desagradable», según Manzano. Los representantes del Real Madrid y el Sevilla pasaron de puntillas por el violento desenlace del encuentro en el Pizjuán. Un desagradable final para la tensión que precedió y acompañó el partido de semifinales de Copa. El botellazo del que Iker Casillas responsabilizó a «algún estúpido» podría acarrear consecuencias para los andaluces y manifiesta la incapacidad de los clubes frente a los actos vandálicos en los estadios.

Las imágenes demuestran que, más allá de no lograr evitar la agresión, los trabajadores de la entidad trataron de disimularla. Tras el pitido final, Casillas enfilaba el vestuario cuando un par de aficionados le lanzaron botellas llenas de agua. La primera pasó a escasa distancia del capitán blanco. La segunda, le alcanzó en la cabeza. De inmediato, con el meta tendido en el suelo, dos recogepelotas del Sevilla retiran a la carrera las botellas ante las protestas de varios jugadores visitantes.

En contra de lo ocurrido en otras ocasiones, la víctima de la agresión prefirió no hacer teatro con el incidente y se incorporó poco después para salir por su propio pie del campo. Tuvo tiempo incluso para detenerse ante las cámaras de Canal Plus y analizar lo sucedido. «Algún estúpido puede acarrear un problema a toda una afición que viene a animar a su campo. Empaña a una afición espléndida que intenta ayudar», subrayó el portero, que ni siquiera aprovechó la oportunidad para criticar a la hinchada rival tras un duelo de alta tensión.

Sus valoraciones encontraron eco en las que poco después hizo Del Nido. El presidente de los del Pizjuán, que sabe que su equipo se expone a una dura sanción, destacó que «un impresentable no puede empañar la actitud de nuestra gente. La afición ha estado tremenda». El máximo mandatario de los andaluces informó de que «la policía tiene cámaras por todos los lugares del estadio y caerá todo el peso de la ley sobre ese individuo».

Un peso del que puede salvarse el Sevilla. Undiano Mallenco, árbitro del choque, destacó la falta de lesión de Casillas tras el botellazo.

Casillas abandona el campo cuando le lanzan dos botellas llenas de agua. La primera pasa cerca del portero.

La segunda botella golpea en la cabeza al meta, que queda tendido. Dos recogepelotas retiran de inmediato los objetos arrojados.

Casillas es atendido en el campo, pero se levanta poco después de recibir el golpe y se dirige al vestuario sin problemas.