Gurpegui acerca al Athletic a Europa

Ramón Orosa BILBAO/EFE.

DEPORTES

29 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Carlos Gurpegui dio los tres puntos al Athletic, Marcó de un cabezazo en el tiempo añadido el gol que sentencio al Osasuna en San Mamés. Ese tanto, cuando casi nadie lo esperaba, premió la insistencia de los locales y resarció a Gurpegui de un tremendo error ante la meta rival en la primera mitad. El equipo rojiblanco encadena así su cuarta victoria consecutiva ante su afición y se acerca a dos puntos de Europa.

Arrancó el partido muy movido y con el Osasuna ambicioso ya desde el primer minuto procurando crearle problemas con la presencia de Camuñas de delantero centro para abrir espacio a Soriano, Juanfran y Masoud.

Esas ansias de los de José Antonio Camacho y las necesidades de los de Joaquín Caparrós ante su público provocó una primera parte abierta, de ida y vuelta, con multitud de llegadas a las dos áreas, aunque sin ningún gol.

Ocasiones repartidas

La primera de las oportunidades de gol destacadas fue una en el minuto 11 de Monreal, que no marcó debido a la excelente intervención de Iraizoz. Tuvo más llegadas con impresión de peligro el equipo rojillo, como un remate de Soriano o una buena jugada de Juanfran. Pero las ocasiones más claras fueron para el Athletic. Como un córner directo de Susaeta en el 20, que no fue gol olímpico porque el balón dio en el larguero, o un remate de cabeza de Llorente. Aunque la oportunidad más clara llegó justo antes del descanso, en el 44, cuando Gurpegui pifió de forma increíble en el área pequeña.

El segundo tiempo comenzó igual de movido que el primero, aunque con menos llegadas y ocasiones. Se volcó hacia el campo visitante el juego en el último cuarto del choque, hasta que el Athletic, con todo su arsenal en el campo, insistió en el tiempo añadido y encontró petróleo en una acción a balón parado en la que Gurpegui pudo resarcirse de su tremendo fallo de la primera parte tras un perfecto centro de David López. «Nos han salvado la Virgen de Begoña y la de la Consolación», dijo Caparrós. Pero fue Gurpegui.