Marc Márquez acaricia la gloria

Juan Pablo Martín ESTORIL/COLPISA.

DEPORTES

01 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Marc Márquez ya acaricia el título del octavo del litro. Lo saborea. Después de atragantarse volvió a respirar, y demostró todo su potencial. El catalán dio un golpe encima de la mesa después de superar, nervios, tensión y ansiedad. Se ha ganado a pulso la recompensa, que tiene más cerca, ya que le basta con ser octavo en Cheste, en la última carrera del Mundial.

PPortugal puso al límite los corazones del equipo Ajo. El de Cervera les llevó desde el ostracismo a la alegría en tan solo nueve vueltas. Ganó tras una exhibición de pilotaje y de coraje . El suyo fue el podio 1.000 del motociclismo español. Segundo fue Nico Terol, que todavía cuenta con alguna opción de alzarse con el cetro, mientras que Smith cerró el podio.

El mayor perjudicado fue Pol Espargaró, que perdió sus opciones matemáticas tras una mala elección de neumáticos. El Mundial de 125 ha comenzado a inscribir el nombre del ganador.

El guión definitivo

Estoril escribió el guión definitivo del desenlace de la película. Porque la carrera de ayer tuvo todo lo que puede tener un éxito de cartelera. Había tres protagonistas para un único papel estelar. Después de rodar todo el fin de semana en mojado, la parrilla tuvo que afrontar la carrera en seco sin poder configurar sus máquinas como les hubiera gustado. Suspense a raudales. Una veintena de vueltas por delante que comenzaron a desgranarse con una buena salida de Terol y Márquez, y un mal arranque de Espargaró, que encima tuvo un toque con Cortesse que a punto estuvo de costarle un disgusto. Y cuando todo comenzaba a estabilizarse, la caprichosa meteorología hizo de las suyas. Comenzó a llover y todo volvió a empezar. La prueba se declaró en mojado y lo anterior no sirvió para nada.

Pilotos a boxes para ver cómo evolucionaba el tiempo, para retocar las máquinas y decidir si cambiaban de neumáticos. Cosas del destino. Ni Márquez ni Terol lo hicieron. Espargaró sí, porque consideraba que en algunas partes del circuito había agua. El de Cervera salió de los primeros a dar la vuelta de calentamiento. Y ahí comenzó su odisea. Se cayó y entró en el pit lane. Error de novato. Pensaba que tenía tiempo, pero no lo hubo. Cuando los miembros de su equipo intentaban arreglar el desaguisado el semáforo se puso en rojo. Su hueco -segundo- quedó libre en la parrilla. En la reanudación de la carrera a nueve vueltas hubo que buscarlo último.

Volvieron a arrancar con Terol en primer lugar seguido de Smith, pero la recta de meta bastó para ver que Márquez estaba otra vez ahí. Tercero. Controlando la situación. Espargaró pagó su mala decisión y comenzó a diluirse a medida que transcurrían los giros.

Los tres primeros se marcharon. El de Derbi pudo relajarse. Estaba en el momento justo en el lugar correcto. Pero no le bastaba. Peleó contra los dos del equipo de Aspar. Y a falta de una vuelta asestó la puntilla. Pasó a Terol y aguantó sus embestidas. El de Alcoy tuvo que echar el resto. No le quedaba otra. Se enzarzó en un cuerpo a cuerpo limpio con el catalán, pero cada vez que lo intentó se pasó de frenada. Márquez puso la sangre fría cuando más caliente estaba todo y cruzó primero la línea de meta. Ahora distancia en 17 puntos al valenciano. Solo quedan dos pilotos para el papel estrella y una carrera. Cheste dictará sentencia.