Diego Seoane Pérez (Ourense, 1988) fue el insólito protagonista de la jugada que acabó decidiendo el partido. El lateral derecho deportivista estaba siendo el mejor del Fabril en la tarde ayer, cuando el azar jugó en su contra en el minuto dos de prolongación. «Estaba tendido en el suelo porque me dieron un golpe, levanté la cabeza porque me avisaron de que no iban a tirar el balón fuera con la mala suerte de que me dio y se desvió a gol. Un infortunio», resume.
Seoane recuerda la acción como una serie de despropósitos en la que culpa tanto a los jugadores del Universidad como a los colegiados de no haber parado el partido. «Todo arrancó en un saque de esquina en contra, estaba saliendo en la linea de defensa y me dieron una patada que ni me la esperaba. Me quedé en el suelo y ellos siguieron la jugada. No me enteré de nada hasta que me dio el balón en la cabeza y el balón se coló en la portería. No entiendo como el linier no lo vio», lamenta.
«Hasta ese momento siempre se tiró el balón fuera y al final no, me imagino porque ellos se debieron ver muy apurados por el tiempo. A mí me hicieron una agresión sin saber la razón. Si todo viniera de un pique, pues bueno... Pero nada. Si ves a un tío en el suelo normal es parar. No fue muy justa ni honrada, pero hay que centrarse en ganar que necesitamos los puntos», añade.
En los últimos minutos y al acabar el partido se produjeron pequeñas tanganas. «Me dijeron que fue el 4 el que me dio y fui a hablar con él y parecía como si yo le diera la patada a él. Al celebrar el gol hicieron burla como picando porque se llevaban un punto. No entiendo eso. Hay que jugar y dejarse de tonterías», finaliza.