Igor Antón se enfundó ayer, por primera vez en su carrera deportiva, el jersey de líder de la Vuelta a España. Lo hizo tras una etapa con final en Catí, en la que ganó David Moncoutié, que cruzó la meta en solitario, 54 segundos antes que sus compañeros de fuga, entre los que estaban el corredor del Xacobeo Serafín Martínez, que fue segundo.
Hasta ayer, Igor solo se había puesto al frente de una carrera por etapas en la Vuelta a Suiza del 2008: «Ya sé lo que es defender un liderato en una carrera que no gané. Con lo que nos queda por delante hay que disfrutar del presente». Antón es un corredor que admite distintas variables, diferente al que habíamos conocido en Sevilla. No solo es su comportamiento en la carretera, sino su forma de correr, la frialdad que está demostrando en determinados momentos.
Nibali, Joaquim Rodríguez y el nuevo líder se mecen en los mismos planteamientos. Pueden dar la impresión de ser corredores muy parecidos, pero no lo son. Nibali es el más completo de los tres. Antón y Purito son más parecidos. El maillot rojo dejó hacer en la parte noble de Xorret de Catí a Sastre, a Tondo, a Nibali, a Uran... Instalado en un observatorio privilegiado se movió poco y controló mucho. No había terreno para sacar grandes diferencias, no había bonificaciones y el liderato no se había convertido en una obsesión. Era, más que nada, una ilusión.
La situación ideal para hacer dejar hacer a los demás y esperar acontecimientos. Con el líder, Philippe Gilbert, desparramado por la carretera, Joaquim Rodríguez buscó un segundo de bonificación en la meta, pero no lo logró. Igor Antón se quedaba con el primer puesto.
Cuando faltaban seis kilómetros, Liquigas buscó fisuras entre los mejores. Las encontraría puesto que Denis Menchov iba a decir adiós a la general. Perdió 3 minutos 44 segundos. Sastre también atacó, y Nibali.
Antón no lo hizo. Con tres kilómetros de bajada para llegar a la meta, lo más inteligente era esperar, merodear por las altiplanicies de los elegidos y dejarse llevar. Igor Antón va aprendiendo a leer la carrera: «El número uno de la Vuelta es Nibali. Yo no descarto a nadie, ni a Menchov. Tondo, Mosquera y Frank Schleck siguen contando. Esto puede cambiar en pocos días».
Mientras Igor disfruta, a Purito Rodríguez le bajaron del podio, no le picaron tiempo en la meta y se quedó sin los segundos de la primera meta volante que se anuló por una caída muy numerosa. Con todo ello es segundo de la general, igualada en tiempo con el líder.