Carlos Pérez: «Me sorprende nuestro rendimiento»

Mariluz Ferreiro REDACCIÓN/LA VOZ.

DEPORTES

El cangués cree que su K-2 va por buen camino hacia Londres 2012 y confiesa que se siente más a gusto preparando la prueba de 200 que la de 500 metros

03 sep 2010 . Actualizado a las 12:12 h.

Carlos Pérez Rial (Aldán, 1979) emprendió la ruta de la plata en el 2010. Junto a Saúl Craviotto fue subcampeón europeo y mundial en la prueba de K-2 200 metros. Un buen camino hacia el oro de Londres 2012 después de reinar en Pekín.

-¿Qué nota le pondría a la temporada?

-Un 8,5. Un diez no, porque no gané. Pero la valoración es muy positiva. Hay que tener en cuenta que hemos modificado todo el entrenamiento de cara a la regata de 200 metros. Ha sido un año muy importante para saber qué hacemos bien y qué hacemos mal. Nos valdrá mucho de cara al futuro.

-¿Qué ha sido lo más difícil?

-He sufrido más lesiones que nunca, porque el de 200 es un entrenamiento muy abrasivo, en el que trabajas las salidas y en el que haces gimnasio explosivo. El cuerpo lo nota. De todas formas, las lesiones fueron leves. Pero la preparación se lleva mucho mejor que la de 500, en la que hay que hacer más kilómetros. Yo me encuentro muy a gusto.

-¿Qué pueden mejorar?

-La piragua. Tenemos que probar cosas nuevas. Y estudiar más concienzudamente cómo navega y procurar que sea más estable. Y debemos prestarle más atención a la técnica. En el ritmo intermedio somos los que mejor vamos. Pero fallamos bastante en las salidas. Este año hicimos salidas con freno. También hay que mejorar el balanceo de la piragua para disminuir el rozamiento y perder menos tiempo. La diferencia entre el éxito y el fracaso son unas milésimas.

-En el Mundial tuvieron éxito y eso que les pasó de todo...

-Fue raro. Dentro de la mala fortuna tuvimos mucha suerte. El jueves, antes de debutar, un compañero del K-4 al intentar sacar su kayak le dio un golpe al nuestro y cayó desde tres metros. La piragua rompió por todos los lados. Nuestro kayak era modificado, no podíamos cambiarlo por otro igual. Pero los fabricantes nos lo arreglaron. Eso es de agradecer.

-Pero no acabó ahí la cosa.

-En la eliminatoria, a los cien metros, vino una ola provocada por una motora. Tuve que apoyar la pala en el agua. Por suerte, pude coger el ritmo rápido y acoplarme bien. En la semifinal, a dos minutos de partir, Saúl me dice que no le giraba el timón. Lo arreglamos a toda prisa. Para colmo, mi compañero también tuvo que apoyar la pala en el agua en esa regata. Y en la final se nos colaron los franceses justo en la línea de meta.

-¿Cómo valora la plata del Mundial?

-Entonces nos dio rabia, pero ser segundos está bien, nuestro objetivo son los Juegos de Londres. Me sorprende nuestro rendimiento, vamos por el buen camino, pero no hay que dormirse.

-David Cal protestó por tener que someterse a controles antes del Mundial porque incidían en su preparación.

-Hay que buscar el equilibrio, dándonos un margen de confianza, intentando que no condicione nuestra preparación, aunque sin frenar a la gente que viene por detrás. Pero si hay controles, que sean para todos. No es normal que se excluya a las de K-2 1.000 y que tengamos que pasarlo los de K-2 200. Hay que ser serios.

-¿Ha mejorado su situación en cuestión de patrocinadores o sigue la crisis?

-Después de los Juegos no he contado con ninguna empresa privada nueva. Sigo con los que ya estaban antes del oro olímpico, Movexvial, Pescados Marcelino, la Diputación de Pontevedra y Rías Baixas.

-¿Cómo va el Aldán, el club de piragüismo que está ayudando a levantar?

-Tenemos sede por fin. A ver si empezamos a coger niños. Empezamos un poco las cosas por el tejado, con los sénior.

-¿Es más duro ser piragüista o policía?

-Como policía he estado bastante tranquilo en Gijón. No he tenido ningún apuro. Aunque a veces me reconocen. Y a mí no me gusta. No procede que tengas que registrar a un tío y que te reconozca.