David Cal sobrevive al maremoto polaco

La Voz REDACCIÓN/LA VOZ.

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Es el único español que estará en la final de 1.000 metros del Mundial en una jornada marcada por el fuerte oleaje

20 ago 2010 . Actualizado a las 12:25 h.

Infernal. Así fue la primera jornada del Mundial de piragüismo que se celebra en la ciudad polaca de Poznan. Un fuerte viento y un no menos fuerte oleaje dificultaron de forma extrema las evoluciones de los barcos en las series clasificatorias de los 1.000 metros que ayer se disputaron. En medio de esta emboscada, el único español que salió vivo fue David Cal, que demostró de nuevo estar en un gran momento de forma, al mismo tiempo que supo remar con inteligencia para evitar un accidente que podría haber sido fatal en sus aspiraciones. No en vano fueron varios los regatistas que no lograron concluir sus series a lo largo del día.

Cal funcionó como un reloj en la sesión matinal, cuando hizo el mejor tiempo del día, poco más de 4 minutos y dos segundos. Por la tarde, salió a tope para hacer un primer parcial espectacular, sacar una renta tranquilizadora y navegar con calma en la segunda parte de la carrera, en la que las olas eran peligrosas. Así, acabó entrando tercero dejándose llevar en los últimos 200 metros. Lo importante era no hundir una piragua (la plastex), que por otra parte se comportó fenomenalmente en aguas revueltas. Mañana aspira a todo en la final, donde se encontrará como principales oponentes al alemán Sebastian Brendel, el uzbeko Menkov y el húngaro Atilla Vajda.

Satisfacción

El cuádruple medallista olímpico aseguró ayer tras lograr el pase para la final de C-1 1.000 metros que las condiciones del canal de Poznan eran «realmente difíciles», y añadió que su objetivo en la jornada inaugural era clasificarse para la final.

«Dominé la carrera desde el principio y luego fui controlando sin preocuparme de los demás, con las condiciones en las que estaba el canal había que estar muy concentrado. Al final empezaron a subir pero fui controlando en todo momento», explicó el palista en relación a la remontada de los dos adversarios que le precedieron en la clasificación de la semifinal. «Pasaban tres y lo único que hacía falta para meterse la final era quedar en uno de esos puestos. Quedé tercero y tengo el pasaporte, que era lo que buscábamos. Con las condiciones que presentaba el canal estar en la final ya es bastante», insistió.

Para el resto de los gallegos, la jornada fue aciaga. Así, el C-2 1.000 de José Luis Bouza y David Mascato quedó apeado al situarse último en su serie, mientras que el K-4 de Germade, Prieto, Piña y Llamedo fue sexto y remará en la final B. Por su parte, Ana Varela también quedó eliminada en D-1.

Hoy entrarán en escena el resto de los gallegos, entre ellos los campeones olímpicos Carlos Pérez Rial y Craviotto, y las también olímpicas Teresa Portela y Sonia Molanes, que tratarán todos ellos de alcanzar las diferentes finales.