Se repitió el podio de Jerez. A Nico Terol ya no le duele nada. En la carrera más complicada de la temporada por las circunstancias que presentaba el circuito, el de Aprilia supo sacar lo mejor de su conducción para lograr una victoria incontestable que le devuelve la sonrisa. La segunda plaza fue para Pol Espargaró, mientras que Tito Rabat completó el podio.
La salida se retrasó porque no estaba declarada en agua y en los últimos instantes el cielo amenazaba con descargar. Los neumáticos lisos dieron paso a los rayados en la misma línea de parrilla, aunque la pista estaba seca. Y en estas condiciones todo era una lotería. Efrén Vázquez salió como un tiro pero pronto se vio que el de Alcoy tenía un punto más que el resto. Se puso en cabeza y comenzó a abrir un hueco insalvable para el resto. Cuatro giros después su ventaja era de siete segundos sobre el piloto de Rekalde. La primera plaza estaba sentenciada.
Por detrás Pol Espargaró alcanzó y pasó al bilbaíno y ambos trataron de mantener sus plazas. El líder, Marc Márquez, pagó en exceso sus problemas físicos y no pudo seguirles por lo que su misión en esta ocasión era lograr el máximo número de puntos posible.
El dominio de Terol hizo que la atención se centrara en la lucha por el resto de cajones del podio porque las Derbi no iban lo rápido que les gustaría y por detrás Tito Rabat podía llegar a ellos. Lo hizo a falta de tres vueltas, por lo que hubo pelea. Nervios a flor de piel. En la definitiva, Efrén quiso superar a Rabat, que se había abierto a una zona húmeda para refrescar neumáticos, y cuando trató de recuperarla trazada chocaron con tan mala suerte de que al vizcaíno se le rompió la maneta del freno. Al llegar a la curva se cayó. El podio ya tenía inquilinos.