Márquez escala al liderato de 125 con su cuarto triunfo consecutivo

Tomás González MONTMELÓ/COLPISA.

DEPORTES

05 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Primero fue Pedrosa, después triunfó Lorenzo y el siguiente será Marc Márquez. El testigo del futuro del motociclismo español está asegurado para toda la década. Emilio Alzamora hizo la ola a su pupilo cuando le pidió que redujera el ritmo en el último giro. Las cien mil personas que llenaron el circuito de Montmeló se rindieron ante un joven que a los 17 años y 137 días se ha atrevido a superar los hitos de precocidad que Rossi estableció hace catorce años.

Márquez se ha convertido en el piloto más joven de la historia en conquistar cuatro poles y cuatro victorias consecutivas, unas plusmarcas que Valentino poseía con 18 años y 155 días. Este niño, que todavía no necesita cuchillas de afeitar, ha rebajado en más de un año los récords del mejor piloto del motociclismo eterno. Marc avisa. Sus cuchillas las utiliza en la pista. Es una estrella en ciernes. En Barcelona remató la mejor semana de su vida al alcanzar el liderato del campeonato de 125. Y registró la vuelta rápida en carrera. No podía ganar más cosas. Da miedo. Su progresión corta el resuello de sus adversarios.

Pavor sienten Pol Espargaró, Nico Terol y Bradley Smith ante el estallido de un chavalín que les ha comido la moral. Marc se fugó desde la arrancada y puso en jaque a sus tres rivales, que se pelearon por los otros dos cajones mientras veían a su gran enemigo en lontananza.

Terol recibió la orden del box de ser tercero para mantener al menos el mandato en el Mundial. Presionado por la situación, Nico chocó primero con el pequeño de los Espargaró y al final terminó cayéndose. Tiró el liderato en la vuelta decisiva. Marc es el nuevo referente de la categoría. Bajo el sonido del himno español, este nem bebía Red Bull porque su edad no le permite bañarse en cava.

No tiene los dieciocho. No puede decir que disfruta de días de vino y rosas, sino de refrescos y laureles. No se preocupa. En el futuro se cansará del champán. Se emborrachará de éxito. «Desde fuera parecía fácil, pero para lograr la ventaja inicial he ido bastante al límite. Aún así tenía ganas de hacerlo porque correr en casa siempre es especial. Después de escaparme he sabido mantener la concentración y la misma mentalidad con la que hemos estado todo el fin de semana, ha sido una carrera casi perfecta, la lucha de atrás ha sido buena para mí, aunque me han obligado a rodar muy rápido», dijo Márquez.