Landis confiesa y acusa a Armstrong

Mariluz Ferreiro REDACCIÓN/LA VOZ.

DEPORTES

Reconoce su culpa y afirma que en el US Postal de Bruyneel había dopaje organizado

21 may 2010 . Actualizado a las 03:17 h.

Floyd Landis ha confesado. El estadounidense, que fue despojado del triunfo del Tour 2006 tras dar positivo por testosterona, reconoció en declaraciones concedidas a The Wall Street Journal y a ESPN que recurrió a sustancias prohibidas. Hasta ahora siempre lo había negado. Pero con sus balas verbales Landis dispara también a la columna vertebral de aquel US Postal triunfante capitaneado por Lance Armstrong, al que salpica con acusaciones de dopaje. El menonita asegura que Johan Bruyneel supervisaba el funcionamiento de un sistema organizado de dopaje del que supuestamente se beneficiaban el tejano, Levi Leipheimer, George Hincapie, Dave Zabriskie y él mismo. «Quiero lavar mi conciencia», dice Landis. Armstrong se retiró ayer del Tour de California tras sufrir una caída. Pero antes se defendió: «No tengo nada que esconder, la historia habla por sí misma. Floyd perdió su credibilidad hace tiempo. Es nuestra palabra contra la suya».

Según medios norteamericanos, Landis envió correos electrónicos a distintos organismos del ciclismo y a patrocinadores admitiendo su culpa y salpicando a sus ex compañeros. En esos textos relata que, bajo la dirección de Bruyneel, él y otros corredores estadounidenses aprendieron a usar epo y parches de testosterona, a realizar transfusiones y a utilizar la hormona del crecimiento. Asegura que Armstrong lo ayudó a entender cómo funcionan los productos prohibidos.

La prensa americana revela que Landis va todavía más allá. El ex ciclista sostiene que Armstrong dio positivo por epo en el 2002, pero que Bruyneel viajó a la sede de la Unión Ciclista Internacional (UCI) y pactó con Hein Verbruggen, entonces presidente del organismo, para taparlo.

Explica que, después de romperse la cadera, en el 2003, fue a una concentración a Gerona, donde estaba el cuartel general del heptacampeón del Tour en Europa. Cuenta que en el apartamento de Armstrong le fueron extraídos «en tres semanas dos litros y medio de sangre» para ser usados en el Tour. Agrega que las bolsas de plasma se guardaban en la nevera del tejano.

Landis afirma que, en el 2006, al incorporarse al Phonak, habló con el patrón de la formación, Andy Rihs, para implantar el sistema de dopaje en su nuevo equipo. Rihs, propietario ahora del BMC de Cadel Evans, niega las acusaciones. El empresario suizo señala que «no sabía que Landis se dopaba» e indica que estas mentiras «son un último y trágico intento de Landis para tener notoriedad pública».

Hincapie responde

Hincapie, que ahora luce el maillot del BMC, se defendió en un comunicado. «He sido profesional durante 17 años. Durante ese tiempo, me he ganado el respeto de mis compañeros y la reputación de trabajar duro, con honestidad y honradez. Estoy muy decepcionado al enterarme de estas acusaciones», afirma el corredor.

En la UCI lamentan «que se realicen estas acusaciones sin pruebas ni investigaciones previas y con ánimo de venganza», y dudan de la honestidad de Landis. Hasta ahora, el estadounidense había ofrecido todo tipo de excusas para explicar su positivo en el Tour, que supuso que el triunfo fuera para el gallego Óscar Pereiro. Primero dijo que su cuerpo producía de forma natural altos niveles de testosterona. Después hizo alusión a que consumió mucho alcohol antes de la etapa en la que fue cazado. Más tarde denunció errores en el análisis. Y hasta fue acusado de intentar hackear el sistema informático del laboratorio.

Después de lo ocurrido, el diario USA Today lanza una pregunta: «¿Por qué Landis se gastó entonces dos millones de dólares en su defensa legal?».