El Barcelona partió ayer a primera hora de la tarde en autocar hacia Milán ante la imposibilidad de viajar en avión a la ciudad italiana, donde juega mañana el partido de ida de las semifinales de la Liga de Campeones contra el Inter. El desplazamiento se ha adelantado un día respecto a lo previsto debido a los problemas en los aeropuertos de toda Europa por la nube de cenizas provocada por el volcán islandés Eyjafjäll.
La expedición azulgrana se detuvo a hacer noche en la localidad francesa de Cannes, antes de volver a salir esta misma mañana hacia Milán, en un viaje por carretera de cerca de mil kilómetros.
Este largo desplazamiento puede perjudicar al Barcelona por la incomodidad y acumular más cansancio en los futbolistas. Sin embargo, los pupilos de Pep Guardiola tienen claro que la anomalía del viaje no sirve de excusa. «Llegaremos en las mejores condiciones posibles», dijo.