La posibilidad de regar los circuitos para favorecer el espectáculo, a debate

José Carlos J. Carabias

DEPORTES

30 mar 2010 . Actualizado a las 17:05 h.

Acabó la carrera de Bahréin hace quince días y en McLaren y Mercedes se habló de una abstracción. Se deslizó el mensaje en clave: aburrimiento. De repente se pensó en el aficionado a las carreras como si ese, y no el dinero, fuese el motor de acción que impulsa el mundillo. Terminó el Gran Premio en Australia y en cada rueda de prensa se calzó un comentario: la diversión que había procurado la lluvia.

Llegó extenuado Fernando Alonso a la meta y al bajarse del coche, su primer pensamiento giró en esa dirección. «Y luego decían que la fórmula 1 era aburrida». Una postura más que añadir a la cadena de circunloquios que ha flotado en el ambiente durante todo el fin de semana. El propio Alonso dijo nada más aterrizar en Australia a preguntas de los periodistas sobre el particular que «quien quiera entretenimiento vaya al Circo del Sol».

Los puristas aleccionan sobre los inconvenientes y los gigantes del automóvil aportan tantos millones que no quieren ni oír hablar de otra cosa que no sea el rendimiento a sus inversiones, pero lo cierto es que la lluvia proporciona carreras inolvidables. Más de uno se preguntó en Melbourne si no habría que regar los circuitos. «Vi mucha acción en la pista y espero que no se debiese solamente a las condiciones del tiempo», explicó el ganador en Melbourne, Jenson Button. «Espero que podamos disfrutar de muchas carreras como esta porque se trata del camino a seguir. Es lo que amamos toda la gente que estamos en el automovilismo. Habrá otras que no puedan ser siempre así, pero es la vía. No todos los partidos de fútbol que vemos por la tele nos divierten».

Los pilotos no son favorables a distorsionar el decreto de la naturaleza. La única posibilidad de interferir en la elección sobre los neumáticos lisos o rayados la tienen las nubes, según ellos. «Cada uno tiene sus intereses y en Bahréin fue una carrera de técnica y precisión», comentó Alonso. «Es innegable que con la lluvia, las carreras son divertidas, pero también son una lotería. Lo que no vamos a hacer es poner aspersores en las curvas», zanjó el español.