¿Quienes eran los que hace quince días se quejaban de que las carreras de fórmula 1 eran aburridas, que siempre ganaban los mismos y que no había espectáculo? Probablemente eran los mismos que ayer por la mañana dormían plácidamente mientras al otro lado del mundo se celebraba la segunda carrera del campeonato del mundo de fórmula 1.
Otros nos hemos levantando a su hora para ver adelantamientos, abandonos, salidas de pista, estrategias, en fin, una de las mejores carreras de los últimos tiempos. La victoria final ha sido para Jenson Button, que consigue así su primera victoria con su nuevo equipo McLaren.
No menos merecido ha sido el segundo puesto de un olvidado Robert Kubica que ha conseguido volver a llevar al podio a un coche Renault y enfrentándose a todo aquel que osaba acosarle. Tercer puesto para Felipe Massa con su Ferrari y cuarto puesto con sabor a victoria para Fernando Alonso.
Este salía en la segunda línea de parrilla, tercera posición, pero una mala salida del asturiano hizo que su compañero de equipo de adelantara, llegando a la primera curva en medio de todo el meollo, se cierra demasiado y hace un trompo después de chocar con la rueda delantera del coche de Jenson Button. Relegado a la última posición y sin daño alguno en su Ferrari, empieza una espectacular remontada desde la decimoctava posición. La cara amarga se la ha llevado otra vez el equipo Red Bull que veía cómo su primer piloto, Sebastian Vettel, terminaba en la gravilla tras un problema con los discos de freno. También el equipo Red Bull veía como su segundo piloto Mark Webber embestía a Lewis Hamilton cuando éste acosaba a Fernando Alonso en las últimas vueltas de carrera.
Agridulce también el sabor que se ha llevado un heptacampeón del mundo, Michel Schumacher, tras la carrera. Ya en la sesión clasificatoria se vio superado por su compañero de equipo, y para su consuelo se fue a pedirle explicaciones a Alonso por haberle obstaculizado en su vuelta rápida. Y es que el tiempo pasa para todos, por muchos mundiales que uno haya ganado.
Espectacular (y no por agradable) ha sido también el accidente de Kamui Kobayashi que tras perder su alerón delantero se iba a empotrar a más de 200 kilómetros por hora contra el muro de protección y en su rebote llevándose a Nico Hülkenberg por delante. Intensos fueron también los últimos compases de carrera, donde un apabullante Hamilton se acercaba a Fernando Alonso a más de dos segundos por vuelta. Grande Fernando que tras avisarle su ingeniero de pista que Hamilton estaba a 3,5 segundos, éste le contestó con gracia, a lo campeón, diciendo que primero tendría que rebasarle. Y no lo rebasó, a pesar de que Hamilton tenía mejores neumáticos que el asturiano. ¿Cuántas paradas eran las correctas? ¿Una? ¿Dos? Las dos soluciones tienen su razón de ser. Carrera para el recuerdo, la próxima vez, pasen y vean, bienvenidos al Circo del Sol.