Un vigués dirige el hockey indio

X.?R. Castro

DEPORTES

José Manuel Brasa afronta el reto de devolver el esplendor a la India, un país en el que este deporte levanta pasiones

04 mar 2010 . Actualizado a las 12:22 h.

«Hicieron una lista con los que consideraban los mejores entrenadores del mundo, me eligieron a mí y dos meses después estaba entrenando en la India». Lo dice José Manuel Brasa (Vigo, 1951) el muñidor de las chicas de oro en Barcelona 92 y el seleccionador del equipo de hockey hierba de la India que como anfitrión esta tarde se mide a España en el Mundial de la especialidad que se celebra en Nueva Delhi.

Brasa es un trotamundos del stick, pero jamás se había imaginado que acabaría tan lejos de casa. La llamada de la selección hindú tuvo lugar en enero del 2009 y tres meses después ya ejercía de seleccionador. «Les puse mis condiciones y aceptaron». Pero a cambio le colocaron alto el listón. Un equipo competitivo, que luche al menos por las semifinales en el Mundial que ellos están organizando. «Aquí la presión es brutal. El hockey es como el fútbol en Brasil, en cada entrenamiento de la selección hay 50 cámaras y 100 periodistas. Llevan desde el año 80 sin ganar nada después de haberlo sido todo en este deporte y ya necesitan resultados».

Cuando llegó José Manuel se encontró con un desierto. Poca infraestructura, nula tecnología «y un hockey ancestral, no sabían ni marcar al hombre». Eso sí, con un potencial innato «porque para eso también son como los brasileños. Traen las cualidades de serie para el hockey».

Y a lo largo de este año el gallego ha centrado sus desvelos en introducir la tecnología -a la imagen de Hendriks en España- y las novedades tácticas en el equipo. «Digamos que trato de combinar la modernidad con su forma de ser. No se puede cambiar todo de la noche a la mañana, pero han asimilado bastante bien todos los cambios. Ahora defendemos mucho mejor, sabemos colocarnos y jugar y por encima no han perdido una pizca de su velocidad y de su calidad. Hemos hecho un buen equipo». Semejante mestizaje no ha llegado a través del idioma. Brasa habla inglés, pero la mayoría de sus jugadores hablan el hindú-hurdu y necesita un intérprete para comunicarse.

Esto en la cancha. ¿Y fuera de ella? Pues José Manuel Brasa confiesa estar todavía en estado de shock un año después de llegar a Nueva Delhi. «Nunca una publicidad fue tan cierta. Es cierto que la India es increíble, tanto que todo puede ser diferente en cinco minutos. Aquí nunca se sabe lo que va a pasar mañana». El gallego vive solo, ha dejado a su familia en España y lo que peor lleva son las comidas. Está hasta el moño de tanto picante. «Aquí toda la comida lleva picante, y si te quejas lo que hacen es triturarlo para que no lo veas, pero lo pruebas y sigue llevando mucho picante».

Seguro que echa de menos un buen cocido, pero a sus 59 años admite que está aprendiendo más que en toda su vida. Sale al menos a una lección por día. «Ya soy mayor, pero en mi vida he aprendido tanto. Jamás pensé que podría conocer tantas cosas nuevas a mi edad y eso me estimula». Tanto como conseguir el reto de llevar a una selección histórica a la élite del hockey después de tres décadas en blanco. Si lo consigue, está dispuesto a quedarse una temporada más en la India.