La décima victoria del Mallorca en casa lo mete en la Champions

Patricio Lagomarsino / Efe

DEPORTES

08 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El Mallorca conquistó la décima victoria consecutiva en su fortín del Ono Estadi a costa del Villarreal, que estrenó técnico en el banquillo, Juan Carlos Garrido, y que no pudo evitar uno nuevo traspié. Un gol del portugués Nunes a diez minutos del final certificó el triunfo del equipo rojillo, que le permite mantener sus opciones europeas en la Liga. Tanto es así, que los de Gregorio Manzano se metieron en puestos de Liga de Campeones gracias a este resultado y la derrota del Sevilla contra el Zaragoza.

El Villarreal dispuso de varias ocasiones para marcar antes del gol de Nunes, pero sus jugadores no estuvieron acertados. Esos errores, al final, le costarían el partido y los tres puntos.

Con los argumentos de siempre -pulcritud en el manejo del balón y criterio a raudales- el Villarreal no sólo maniató al Mallorca en su territorio favorito, sino que, además, creó varias ocasiones para adelantarse en el marcador en la primera parte, la más clara de ellas un remate de Nilmar (minuto cuarenta y cuatro) que Nunes despejó, prácticamente, desde la línea de gol.

Ocasiones levantinas

Antes, habían tenidos sus opciones el propio Nilmar (minuto 32) y Godín, cuyo cabezazo (minuto 39), con el guardameta Dudu Aouate ya vencido, se fue alto por muy poco.

El Mallorca se estrelló contra un muro de color amarillo. Es probable que el cambio de entrenador ayer debutaba Juan Carlos Garrido, sustituto de Ernesto Valverde, haya influido en un cambio de actitud entre los jugadores del Villarreal, muy abocados a la tarea de reverdecer viejos laureles.

Lo cierto es que el Mallorca anduvo perdido en el campo muchos minutos, pese al esfuerzo titánico de su cerebro, Borja Valero, para variar el rumbo de un equipo con problemas para crear espacios en la defensa rival.

Una acción aislada de Aritz Aduriz (minuto 30) sacó del sopor a los aficionados rojillos al conectar una formidable chilena que a punto estuvo de sorprender a Diego López. Muy poco bagaje para un Mallorca que defendía su privilegiada quinta plaza en la Liga y, con ella, posiciones europeas.

La segunda parte empezó con un cambio obligado en las filas baleares. Mattioni sustituyó a Josemi, lesionado. Ya desde los primeros minutos se pudo notar un atisbo de reacción en el equipo de Gregorio Manzano, aunque los castellonenses no cejaron su empeño de marcar.

La oportunidad más clara del Villarreal hasta ese momento (minuto 55) la tuvo Joseba Llorente, que en un mano a mano con Aouate, no supo definir. Remató al cuerpo del guardameta israelí y la jugada acabó en un saque de esquina.

Arreón final balear

El Mallorca fue más agresivo en la última media hora. El equipo no se conformaba con el empate y una prueba de ello fue la entrada de un delantero, Pierre Webó, por un centrocampista, Mario Suárez.

Esa fe en el triunfo, al final, le permitiría sumar tres puntos de oro en el minuto ochenta, cuando Nunes cabeceó casi sin oposición en el segundo palo. Fue un auténtico mazazo para un Villarreal sólido pero sin remate, que se quedó sin tiempo para reaccionar.